Four Shot 3102

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Enero
Distrito 4



Los techos altos y el amplio espacio daba la ilusión de estar en campo abierto pero nada podría estar más alejado de eso, era una especie de cuarto de entrenamiento, donde cien niños corrían en círculos como si estuvieran en una competencia por ver quien era el más rápido.

Onew, uno de los instructores y encargado del entrenamiento de ese día, se mantenía con el ceño fruncido y gritando a los niños para motivarlos a hacer más. Los miraba uno a uno cada vez que pasaban frente a él, analizandolos y determinando quienes no lo lograrían, después de todo de eso se trataba, tener a los mejores.

Uno de los niños cayó, su respiración era errática y prácticamente estaba muriendo por el cansancio, no era exagerada su acción considerando que ya había corrido alrededor de unas setenta veces. Los demás lo ignoraron y siguieron en la carrera, Onew se acercó a él y lo miró molesto, habló alto y fuerte haciendo que todos lo escucharán sin importar en donde se encontraban.


Número 98! ¡De pie!


El niño con gran esfuerzo logró levantarse, su respiración no había mejorado nada y las piernas le temblaban, levantó la cara y mirandolo fijamente contestó con dificultad.


-Luhan, doce años...


-Si no continuas corriendo sabes lo que sucederá ¿no es así?


Si!


Retomó lo que estaba haciendo, no podía detenerse hasta escuchar la orden, aunque todo su cuerpo ya no aguantará o se estuviera desangrando, seguiría corriendo. Todos sabían lo que fuera sucedido si no se fuera levantado y continuado corriendo, definitivamente no lo fueran vuelto a ver, aunque no sería la primera vez.



Marzo
Distrito 3



Las respiraciones agitadas y los quejidos eran lo único que lograba escucharse en todo el lugar, el techo prácticamente tocaba sus cabezas de lo bajo que era y las paredes los mantenían juntos, era un cuarto pequeño y cerrado. Uno de los niños tenía lágrimas recorriendo sus mejillas mientras se mantenía en aquella posición incómoda. Una voz se escuchó en la habitación, era fuerte y severa, pertenecía a Minho el entrenador de ese día.


Número 99!


-MinSeok, doce años...


Susurró el pequeño con dificultad, no era el único llorando, quejándose y sobretodo sufriendo pero si era el único que parecía caerle mal al instructor, Minho aprovechaba cada oportunidad que tenía para molestarlo y colocarle más trabajo que a los demás.


-Ciento noventa y nueve están pasando por lo mismo y no los veo quejarsen...


Si!


Aún con la falta de aire contestó de inmediato y claro, secó sus lágrimas y volvió a su posición, en medio de sus compañeros, apretados y en cunclillas. No sabe cuantas horas han estado en esa posición pero algo es seguro, no podrán salir hasta que hallan pasado las veinticuatro, que Minho ordenó.



Diciembre
Distrito 2



Número 94!


-Sehun, ocho años...


Más rápido!


Si!


Apenas podía cumplir con lo que le pedía Key, uno de los más sádicos y estrictos instructores, ya había hecho cien flexiones de pecho pero aún le faltaba la mitad. Eso no era tan malo, considerando por lo que ha pasado en ese año, el problema era la forma en que tenía que hacerlas.

Encima suyo, sobre su espalda, estaba otro niño sentado. Tiene que hacer las flexiones mientras aguanta el peso de alguien más y además debe hacerlo rápidamente, sus brazos temblaban, estaba seguro de que en cualquier momento podría caer. Escuchó el grito para detenerse y se desplomó en el suelo, poco le importaba si el chico en su espalda había logrado bajarse a tiempo, se reincorporó para volver a caer.

Lo intentó una vez más, no podía quedarse en el suelo a descansar, sabía que sería castigado si no se levantaba. Su cuerpo pareció compadecerlo y logró ponerse de pie, caminaba con dificultad pero lo había logrado, era lo único que importaba en ese momento. No sería eliminado como muchos de sus compañeros y pensar que a su alrededor no quedaban más de trescientos, cuando antes eran quinientos.

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