II

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Hubo una vez en la tierra,

un paraíso increíble,

un ser que habitaba libre,

su cosmovisión de piedra.


Hubo una voz en la tierra,

conectada a la raigambre,

luego, un silencio en el aire

cuando atracaron las fieras.


Y entonces, hubo de todo,

hubo abuso y represión,

hubo muerte y violación;

asomaba el desarrollo.


La crueldad se sustentó

en la divina palabra,

letra muerta que no labra,

pero, fue quien decretó


ríos de sangre en los valles,

donde bañó la ambición

sus deseos de opresión,

la instauración de su talle.


Y ya nada fue lo mismo,

se derramaron sus huestes

por todo el continente,

expandiendo el fanatismo,

trayendo todas sus pestes,

y sembrando imperialismo.

AMÉRICA, EMANCIPACIÓN Y AUTONOMÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora