-Prólogo-

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Primer dia del año 1999, son las 00:01. Acaban de nacer dos mellizos, de distinto sexo. El chico, ojos azules, grisáceos, con un pelo rubio, blanquecino. La chica, de ojos carbón, con un pelo azabache.
Están en brazos de una mujer con unos rasgos divinos, aunque un tanto masculinos. Están en un callejón, en los suburbios de Boston entre dos contenedores, en la esquina hay un orfanato, es religioso y se ve casi en ruinas. Acaba de entrar en el callejón un grupo de gente, con rasgos antinaturales, divinos también. Están hablando, con la madre en otro idioma, similar al del norte de Europa. Por los gestos se puede deducir que le están exigiendo a los bebés, aunque solo señalan al rubio, es como si a la niña no la vieran. La madre, tras posar suavemente a la niña en la puerta del orfanato sale corriendo a una velocidad inhumana con el pequeño rubio. La siguen todos, aunque uno se para para entregarle un colgante,un tanto extraño,  como si enlazará palabras, a la pequeña pelinegra, es la primera muestra de haber visto a la criatura que ha ocurrido en el tiempo que ha transcurrido desde que llegaron los hombres. Tras dejarlo, echa a correr con el grupo.
Finalmente han alcanzado a la madre, y la intentan obligar a darles el bebé, no lo consiguen por las buenas, aunque parece no sorprenderles mucho. Acaban de empezar una pelea, el grupo de hombres contra la mujer pelinegra. La mujer va ganando por mucho, pero de repente comienza a entorpecer sus propios movimientos, hasta que la reducen. Comienzan todos a discutir ya señalar a la mujer, parece que están discutiendo lo que hacer con ella. Finalmente parece que deciden dejarla en paz, así que uno de ellos, chasquea los dedos y desaparecen todos. La mujer se queda sola en el callejón y, al notarlo, comienza a reírse y a gritar, gritar de alegría que todo marcha según el plan.

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