1 . V I A J E

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El fuerte y agudo grito de aquel joven de rubia cabellera alarmó a su pareja, quien despertó al instante.

—¿Estás bien, JiMin?— preguntó su esposo, acercándose a el. El más pequeño negó asustado, su cuerpo temblaba en demasía, es cierto que, hacía demasiado frío, más que otras veces, sin embargo no era por eso que temblaba.

—El conde Min...— siseó JungKook hojeando los papeles que su jefe, TaeHyung le había entregado.

—El conde Min está dispuesto a comprar una residencia aquí, en la costa...— habló el antes mencionado, JungKook le miraba seriamente, sin embargo Kim se encontraba sonriente —Está demasiado ocupado allá, por tanto es necesario que usted acuda al castillo conde el está viviendo ahora. Deberá entregarle todos los documentos allá—.

—¿Debo ir para allá?— su jefe asintió —¿Qué tan lejos está?—.

—Debe llegar hasta Japón, a la costa de Sado, ahí deberá buscar un carroaje que pueda llevarlo a su castillo, además de atravesar el bosque, es un viaje de dos semanas— sonrió, Jeon le miró asistiendo —Además... Le daré una gran suma de dinero por los días de ausencia además de el triple de lo que podría ganar en dos meses, tampoco tendrá que preocuparse por los gastos una vez que esté allá—.

—¿Cuándo puedo partir, entonces?— preguntó brindándole una leve sonrisa, así tal vez podría comprar un carroaje propio e incluso ropa decente a su pobre esposo, a quien tenía en la miseria casi a propósito.

—Hoy mismo puede hacerlo— rió, aunque a Jeongguk no le dió gracia, simplemente se limitó a asentir.

Ese día solo salió de su despacho, tomó los papeles, guardándolos en su portafolios de cuero negro y se dirigió a casa, donde su querido esposo yacía sentado en el sofá con rostro triste y apagado, ésto no era nuevo, Jeongguk tenía a su pareja casi en el olvido, desde su matrimonio comenzó a olvidarse de él y a pensar solamente en si mismo.

—¿Cuándo volverá?—.

—¿A ti quién te ha dicho que me iré?—.

—Lo he soñado... Incluso se lo dije— siseó.

—Volveré... En uno o dos meses, además debo partir lo antes posible... ¿Quieres dar un paseo en la playa, JiMinnie?... ¿Como los viejos tiempos?— el nombrado asintió, se levantó y tomó la mano de su marido, quien le brindó una leve sonrisa. Ambos caminaron hasta la costa, que no estaba muy lejos. JungKook tomó la pequeña mano de JiMin, el cual solo miraba hacia adelante, inhalando profundamente ese aroma fresco del mar.

—¿Pasa algo?— habló Jeongguk, su pareja solo se limitó a asentir y bajar un poco la mirada.

—He... Soñado con algo más... Tengo miedo, no se vaya, por favor— dijo en tono de súplica. El de hebras marrones sonrió levemente y besó la frente de JiMin con ternura, como solía hacer antes de sus problemas.

—Tranquilo, JiMinnie, volveré, todo estará bien—.

Ese mismo día partió, justo como TaeHyung había ordenado. Dejó a su pequeño al cuidado de NamJoon y SeokJin, amigos de ambos, confiandoles a su pequeño esposo, quien no estaba muy bien, ya que, sus sueños parecián hacerse realidad de manera negativa. No podía ni siquiera dormir bien y hasta hace poco había comenzado a tener sonambulismo, cayendo ya varias veces a la piscina que yacía detrás de la casa donde vivían. En el agua fría cual hielo y saliendo rápidamente gracias a NamJoon, que se caracterizaba por tener buen oído, y así podía oír los pequeños pasitos de Park.

Count Min  » | Y.M. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora