1.

113 10 1
                                    

Hola mi nombre es Jessica y quiero contarles una historia...

Bueno antes que nada les dire que esta historia no trata sobre mi, si no de una pequeña llamada Melody. Antes que nada les dire como era esta pequeña.

Pues...según recuerdo, ella era de cabello negro y largo, su piel era pálida con algunas pecas en su cara y brazos, tenía ojos de color café claro, era delgada pero no mucho y también recuerdo que tenía una marca de nacimiento en forma de estrella en su antebrazo izquierdo.

Su vida siempre ha estado llena de dolor y decepciones, y no es que exagere, es que es la verdad, empezando con que su padre las abandonó a ella y a su madre.

Su madre siempre cuido muy bien de Melody y algo que tengo muy claro es que la amaba mucho, pero a veces...el dolor le gana al amor.

Después de haber cumplido tres años la madre de Melody se volvió alcohólica y dos meses después fue encarcelada por posesión de drogas con una condena de veintiocho años, y yo mejor que nadie sabia que su madre era culpable...

Después de eso Melody se mudó con sus abuelos, los cuales murieron cinco días después de la mudanza, su abuelo por un infarto y su abuela por un paro respiratorio, ambos a la mitad de la noche.

Como la pequeña no tenía más familia termino en un orfanato, en ese orfanato eran demasiado optimistas, siempre querían ver todo por el lado positivo, pero para alguien que lo perdió todo ver la vida de esa forma resultaba difícil...

En el orfanato tampoco había mucho cambió en su vida, pasaron seis años cuando supo que ya nadie la adoptaría, aunque no es como si quisiera que la adoptarán, a demás, según ella ya se había cansado de escuchar lo mismo por parte de los adultos cuando escuchaban su historia:

— Muy corta edad para tanto dolor, ¿no?—

Ella solo se limitaba a responder con una sonrisa triste:

— Cuándo uno vive con dolor en el alma, la edad es lo de menos—

Incluso hubo una época en la que pensó que todo era su culpa, se decía una y otra vez que fue un error, si ella nunca pidió nacer ¿Por qué tenían que traerla al mundo? Si de todas formas nadie la quería.

Todo era así para ella riéndose con todos, pero en las noches llorando por lo perdido y nadie parecía notarlo, hasta que una de las encargadas del lugar vio algo inusual escrito en su diario:

Me vez feliz: estoy feliz
Me ves feliz: estoy triste
Me ves feliz: estoy enojada
Me ves feliz: estoy rota
Me ves feliz: estoy vacía...
Pero tu siempre me vas a ver feliz.

La sancionaron al día siguiente, y eso la llevo al límite...

Comenzó a cortarse las muñecas, se volvió más callada, sus mangas se hicieron más largas, se sentía débil, y lo peor de todo es que ya empezaba a olvidar lo que era la felicidad.

Entonces, toco fondo...se quedó encerrada en el baño a propósito y se corto ambas muñecas, pero esta vez más profundo, la sangre no paraba y se comenzaba a sentir muy mal, otra chica vio la sangre, entro a donde ella estaba y en ese momento se desmayó, despertó en un hospital y nunca más volvió a hacer eso.

A los doce años también estaba sumida en una depresión enorme y sin importar a cuantos psicólogos la llevarán no había resultados favorables.

En cuanto a su vida social, pues... después de lo ocurrido en el baño ya no tenía amigos, lo más raro es que tampoco tenía enemigos, era como si no existiera y eso la volvió una chica fría, casi parecía que no tenía sentimientos.

Pero las heridas del pasado no dejaban de doler y el no poder hacer nada al respecto la hacía sentir...inútil, impotente, triste, enojada y lo peor de todo... la hizo sentir que solo era un estorbo más en este mundo.

Otra historia tristeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora