19 · La piedra

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Seguí a Sasuke al otro lado de la cueva. La visibilidad es casi nula.

Active mi habilidad sensorial y solo sentí los chakras de Kiba, Shino y Sasuke, aun así tome un Kunai y me puse en guardia.

Respire profundo intentando controlar mis nervios cuando de pronto sentí la mano firme de Sasuke sobre mi brazo. 

- Esperemos un poco. 

- ¿Pasa algo? 

- Hay dos caminos mas adelante, vamos a separarnos y nos vemos aquí de nuevo en 20 minutos.

- De acuerdo.

Todo el trayecto hasta la división de los caminos fue de un silencio incomodo y miles de remordimientos.

¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué últimamente me cuesta tanto tratar con chicos?

Al separarnos, camine sumergida en mis pensamientos, hasta que un fuerte estruendo me saco de ellos y me puse en guardia poniendo un kunai frente a mi y resguardando mi espalda contra una de las paredes de la cueva.

Dejo de escucharse el ruido y al voltear al final del camino mire un enorme lago subterráneo que tan solo era iluminado por la luz de la luna que se filtraba por un hueco.

- No hay duda. ¡La piedra debe estar aquí! - Pensé con alegría.

Camine con cuidado viendo que no hubiera peligro. Entre mas caminaba mas podía notar que aquel lugar era unas ruinas.

Claro que para esta misión los ojos de Hinata hubiesen sido mas útiles, sin embargo, intente concentrarme y contacte telepaticamente a Sasuke y los demás. 

Les dije mi ubicación para que pudieran venir. 

Corrí hasta el medio del lugar para tener mejor visión. Arriba, a los lados, atrás. No podía encontrar nada que captara mi atención.

Revise varias veces el lugar, después me acerque a lo que parecía una estatua y a los pies tenia una palanca que por curiosidad jale para ver si se trataba de algún pasadizo. El suelo que estaba bajo mis pies se abrió, pero antes de que pudiera caer un chakra morado rodeo mi cintura encontrándome después frente al Susanoo de Sasuke.

- Deberías dejar de ser tan imprudente.

- Deja de darme ordenes, yo me puedo defender sola - El pelinegro abrió la mano del Susanoo haciéndome caer al agua.

- ¿Ya encontraste algo? - Pregunto con serenidad ya sin el chakra rodeándolo.

- Lo único interesante fue lo que casi me hace caer - Dije levantándome completamente empapada.

- Hmp, debemos investigar.

Lo mire con coraje mientras intentaba exprimir mi ropa. Me quite la capa blanca para poder secar mi gran falda morada pero cuando menos pensé la capa negra de Sasuke cubría mis hombros.

- Solo lo hago para que no te congeles.

- ¡Muy amable! - respondí con sarcasmo.

- Deberías utilizar más tela en tu ropa - Sasuke se dio la vuelta para asomarse al pasadizo mientras que en mi mente se repetían esas palabras.

Ah si. Sai me las dijo la ultima noche que pase con él.

¡Gatsuga!

Fue lo que escuche antes de que una gruesa capa de polvo me invadiera por completo.

- ¡¿Q-que te pasa, Kiba?! - Akamaru se acerco a mi para lamer mi cara.

- Que bueno verlos al fin, ¿No es verdad Akamaru? - El perro ladro en afirmación.

- Nos perdimos en unos laberintos y Kiba comenzó a romper paredes - Dijo Shino acomodándose los lentes.

- No nos perdimos. Solo hice un atajo.

- Mientras pierden el tiempo dando explicaciones innecesarias, tenemos una misión urgente por terminar - Sasuke suspiro profundamente como intentando contenerse - Esto esta tomando mas tiempo del que pensé.

¿Que haría Shikamaru en esta situación? pensé.

Voltee a todas partes buscando respuestas.

Mientras los hombres debatían un plan yo ingrese con cuidado en el pasadizo, el cual para mi sorpresa estaba iluminado.

Tome una de las antorchas que estaban en la pared para tener mejor visibilidad, todo era raro, olía a humedad y había antorchas encendidas, por lo que supuse que quizá había alguien o hace poco lo hubo.

Casi al topar con una de las paredes me encontré con un especie de altar, en el cual había un pergamino y una caja de cristal con unas vistas metálicas parecidos al oro. Me acerque con cuidado para saber lo que había dentro de la caja. 

Con mucho cuidado la abrí viendo una piedra completamente común, lo que se me hizo raro pero no evito que tomara ambas cosas y guardarlas en mi mochila. Al hacerlo todo comenzó a temblar por lo que corrí a la salida y con ayuda de Sasuke logre salir.

- ¿Que fue lo que paso? - Preguntaba con insistencia el pelinegro.

- Tome esto - Enseñe el pergamino y la caja con la piedra dentro. No dejaba de temblar.

Kiba me tomo en brazos para ayudarme a salir de la cueva ya que me sentía aturdida.

Después de lo que me pareció una eternidad salimos de aquellas ruinas y Kiba me bajo.

- Ino, Ino - Escuche vagamente a Kiba - ¿Te encuentras bien?

- Si.

- ¿Estas segura? - pegunto ahora Sasuke.

- Si.

- Necesito que corras lo mas rápido que puedas hasta la aldea - Puso su mano sobre mi hombro.

- Lo haré Sai - Me desabroche aquella capa negra y se la di - Adiós.

- Definitivamente no estas bien - Kiba me jalo de la mano para hacerme caminar pero yo no dejaba de ver al azabache. Me cargo y me sentó sobre akamaru, después cerré mis ojos en un pestañeo para no poder abrirlos después.

LA PROMESA 🌸 SAIINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora