Teen titans (SNK fanfic)

Capítulo 2: El nuevo alumno

Pasaron tres días desde que había llegado con su madre al pueblo y Berth podía asegurar que lo mejor que experimentó era su preparatoria, al contrario de todas las ideas aterradoras que se imaginó sobre cómo sus compañeros iban a rechazarlo y aislarlo, sus nuevos amigos eran chicos geniales. Espera, ¿amigos?... ¿ya podía llamarlos así? ¿Tan pronto ya se refería a ellos por ese calificativo?... pues sí, pero es que la verdad se lo habían ganado a pulso.

Berorin estaba maravillado con la química que había entre ellos, cuando estaban juntos nunca se formaban grupitos aislados y la conversación solía incluir a todos los integrantes, ya sea que hablaran de música o hicieran bromas tontas sobre quién les gustaba o incluso de los programas que transmitían por la TV. El tímido chico se sentía como si en mucho tiempo no hubiera podido permitirse ser tan despreocupado, pensaba desde lo más profundo de su ser, como solo se puede creer cuando eres adolescente, en el poder de esa maravillosa amistad que estaba cultivando y en lo regeneradora que era. Debido a los hechos anteriores en su vida Berth había empezado a pensar que lo perseguía una maldición que aunada a su timidez natural nunca lo dejaría tener cosas buenas en la vida, pero estaba pasando, había encontrado a este grupo maravilloso de chicos y como si fuera poco estaba también Annie.

Como si la felicidad de sentirse aceptado no fuera suficiente había recibido un regalo extra, una chica por la cual tenía sentimientos y a la cual podía hablarle y obtener una respuesta, eso era increíble, solía recordar que las niñas en su anterior prepa no le dirigían siquiera una mirada. Acostado en su cama Berth pensaba todo esto y no sé podía creer que hasta hace unos días todo fuera tan deprimente en su vida, sí definitivamente todo iba a cambiar y para mejor, al fin se estaba acostumbrando a la idea de que quizás este pueblo, esta escuela, la nueva casa y todo lo que rodeaba la situación no iba a ser tan malo. O al menos eso pensaba hasta que escuchó el llanto contenido de su madre en la habitación contigua.

El chico se puso de pie y fue a la cocina para poner la tetera, la mayoría de la cosas aún estaba empaquetadas así que le costó algo encontrar una taza y las bolsas de té, el agua no tardó mucho en hervir así que cuando estuvo lista la tomó con el borde de su camisa para no quemarse las manos y vertió el liquido en la taza añadiendo la bolsita de tila, según había leído ayudaba a controlar los nervios. Salió de la cocina con la taza en la mano y tocó suavemente a la puerta de su madre, espero a que ella contestara.

-¿qué pasa Berth, amor?- en su voz se podía oír claramente como trataba de disminuir el llanto.

-yo...te traje un té mamá-

-Pasa, está abierto- dijo mientras se limpiaba las lágrimas.

Su mamá era de quien más había heredado rasgos, los ojos verdes, la piel color aceituna y el cabello negro, lo único realmente de su padre en él era su nariz y solo por ese hecho detestaba con todo su ser ese apéndice. Le entregó la taza con una sonrisa amable y ella la tomó agradeciendo por lo bajo sin decir nada más.

Tras un rato de silencio cargado de tensión, Berth habló con el tono más adulto y responsable que pudo fingir a sus 16 años –no hay por qué tener miedo, yo no me voy a ir nunca mamá y si tu quieres puedes apoyarte aunque sea un poco en mi...-

La madre de Bertholdt lo miró con los ojos arrasados en lágrimas y por más que intentó parecer fuerte y no llorar, las palabras de su hijo la entristecían enormemente porque se supone que ella era la adulta allí, si había alguien que tenía que representar un apoyo para el otro esa era ella y le daba vergüenza e impotencia que su hijo la viera tan mal como para obligarse a decir esas cosas.

Se limpió la humedad del rostro con el dorso de la mano y le mostró una sonrisa que estaba tan malograda que el chico no se la creyó ni por un momento - no hay necesidad de eso Berthy, estoy bien, mejor cuéntame cómo va la nueva prepa, seguro que ya hay un montón de chicas tras de ti, con lo guapo que eres- le dijo revolviendo su cabello.