REMANENTE

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Se sentía ligero, como un ave en vuelo; se elevaba, libre, aunque no del todo dueño de sí mismo, ante una muchedumbre que rugía enardecida, agitando los puños. Quiso insultarlos, decirles que él había ganado, pero descubrió que apenas podía mover los labios.

Un sacudón y le pareció, por un instante, que el mundo daba vueltas. Se encontró de pronto ante un nuevo escenario, una visión que le llenó de espanto: allí estaban el tajo mellado, con un lado húmedo y brillante bajo el sol de la mañana, y soltando aún chorros de sangre a través de las arterias cercenadas del cuello, el cuerpo decapitado... ¡Su propio cuerpo!

"¿Cómo es posible?, pensó, ¡si todavía estoy vivo! "

Entonces, la oscuridad y el silencio se cerraron sobre él.

Luego de alzarla por los cabellos con la esperanza de que el remanente de vida -los últimos segundos de conciencia- le permitiera ver concretada la ejecución, el verdugo arrojó la cabeza a un cesto.

REMANENTEWhere stories live. Discover now