Mery hizo lo que debía hacer
Sin embargo, hubo un problema. Aixa estaba...
Ocupada...
La pequeña niña miró con desagrado y horror a Aixa, la cual estaba manchada con sangre. Ni siquiera se había preocupado en hacerlo a escondidas de los demás.
Lo hizo, sin escrúpulos, sin moral, sin piedad.
Aixa había asesinado a Marshall y a Marcus. Su sangre corría por la camiseta blanca que la chica llevaba.
Su padre... Su hermano... Habían sido asesinados... Y la culpable estaba en su mira.
Algo se encendió en Mery.
Algo que estaba completamente dormido, despertó.
Sus ganas de matar y su maldad corrupta habían nacido, y no se irían hasta ver a esa psicópata con el estómago abierto.
La niña tomó el cuchillo de la mano de la asesina de su familia. Se acercó a ella rápidamente y, empujándola para hacerla caer, clavó el cuchillo en su estómago varias veces hasta que terminó por asesinarla.
Aixa, en su lecho de muerte, susurró una maldición sobre Mery y, luego de exhalar un suspiro, falleció.
La pequeña, viendo la sangre que tenía encima, se echó a llorar.
Se había vuelto como su padre. Ahora iría a la cárcel. Y su madre sabría todo esto.
Estaría muy decepcionada..
Más dolor le causaba, en ese momento, saber que su padre y su hermano estaban muertos. Pero, algo muy dentro de ella, se sentía satisfecha por haber asesinado cruelmente a la verdugo de su familia.
Cuando Mery volvió a la realidad, los demás estaban felices. Por fin el infierno había terminado.
Todos comenzaron a salir de aquellas cuatro paredes que los habían tenido cautivos durante algunos meses.
Aunque no todos los que entraron pudieron salir, los 8 que salieron de los 12 que entraron, estaban tan felices que comenzaron a abrazarse cuando pudieron pisar el exterior.
Algunos abrazaban árboles, otros el suelo, otros sólo miraban el cielo contemplando la inmensidad del infinito.
Sin embargo, una en particular, no pudo pisar el suelo que tanto anhelaba.
Mery, callada, estaba mirando el exterior. Pero, ella no había querido pisar otro suelo que aquél suelo que su padre le había encargado.
Marshall había dejado un recado a los pequeños.
Seguir con su trabajo cuando le llegara su hora.
La niña nunca había querido, por que sabía que el que seguiría ese "negocio" y haría feliz a su padre sería Marcus, su hermano. Pero, con su muerte, ya no tenía herederos sobrantes.
Mery se quedó en aquél lugar que había sido también para ella un infierno.
Todo, todo lo que hizo...
... Fue por su padre...
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La Llamada del Suicidio
Mystery / Thriller12 adolescentes. Una llamada. Un experimento. Una voz que engaña.