Capítulo 25

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Se carcajea al ver a Mark agitado por la larga caminata, llegamos a su camioneta, el recuesta su espalda sobre la chapa y respira con pesadez, el anciano rie.

-Mark, deberias hacer un poco de ejercicio, nisiquieras puedes mantenerte de pie muchacho- Dice Marcus.

-Estoy bien, sólo necesito recuperar un poco el aire.

-Eso y tambien desacerte de unos cuantos kilos- El Hombre me mira -Esta noche dejaré las llaves debajo de una roca, tu sabrás cual, ahora tu deber será cuidar de este lugar.

-Si señor, usted no se preocupe, voy a cumplir con mi trabajo.

-Me alegra oír eso, yo por mi lado hoy pondré todo al tanto de lo que falte en la cabaña.

-Y yo hoy mismo empezaré con mi mudanza, se que Mark me dara un mano con ese asunto- Mark asiente.

No damos un apreton de mano y subimos a la camioneta, Mark prende el moror y el hombre se recarga sobre la ventana abierta.

-Sobrino, ven a vernos más de seguido.

-Si tio, lo are- Dice mark, y el hombre asiente.

-Mira Alex, no quise sonar maleducado y se que no es de mi incumbencia- El anciano me mira -Pero tienes la cara como el culo de un mandril- El anciano da una carcajada, me hizo recordar mucho a lo que me dijo Mark hace una hora atras

-Eso ya se lo he dicho, ya se lo he dicho- Dice Mark luego de reír tambien a carcajadas acelera el vehículo y poco a poco nos alejamos del lugar.

(...)

Al estacionar frente a mi edificio miro Mark.

-Gracias amigo- Digo con sinceridad -Por la oportunidad y el favor, y tu tío, tu tío es grandioso amigo.

-No te hagas problema hermano, el señor Ferrami me ha hablado bien de ti y eres un buen chico, desde que te conoci lo supe. Ya saber, para lo que sea siempre estare ahí.

-Gracias hermano- Digo y bajo del auto.

-Mañana pasaré y aremos tu mudanza- Asiento, el acelera y se va.

(...)

Despierto por la mañana, descansado y con ánimo de mudarme, el día anterior, luego de que Mark me dejara en la puerta del edificio, subi a mi piso y guarde mis cosas en mi bolso, mis objetos en bolsas de reciduos y cajas, no era mucho lo que tenía que acomodar, ropa y calsados, platos, un horno microondas que habia comprado cuando vivía en el edificio de los Ferrami, me estoy dando cuenta de que no he acumulado nada en este último tiempo.

Luego llame al señor Ferrami y le conté lo que estaba sucediendo y no le gustó mucho la idea al principio pero estuvo de acuerdo con cualquier decisión que tomará.

Luego hable unos minutos con Melisa, nuestras conversaciones son cortas, ya no nos hablamos con cariños, ya no se molesta conmigo porque todo ya dejó de importarle y yo no le pregunto si ya está viendo a alguien, o hay alguien más resplazandome. Por más que no quisiera no podría impedircelo, con los meses perdí ese derecho, el derecho del celo.

Desde que hice mi primer mudanza a trata ciudad lo hice con tensión en nuestra relación, ella no entendió y discutió hasta que el cariño se fue rasgando y luego se rompió.

Todo los días eran discusiones y escuchar sus lágrimas detrás de la bocina del teléfono. Siempre me dice que cuando termine sus estudios vendrá a verme, que a pesar de todo me extraña, pero, no creo que eso suceda, no me siento tan animado por verla pero aún así, me siento culpable por haberla dejado después de ese shock que vivió con Steven y quizás, tal vez por eso me niego a verla, siempre evitó el tema cuando sugiere venir a verme. Y mas ahora con todo lo que está sucediendo, va a ser muy peligroso para ella, y no creo tener la fuerza suficiente de ver que algo le suceda.

La venganza de Alex [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora