Capítulo dos. El chico misterioso

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Por la mañana decidí ir a casa de Haley, que estaba a tan sólo unos kilómetros, así que podía ir andando. Le iba a dar una sorpresa, ya que ella no sabía que yo iba a ir a su casa por la mañana.

-¡Sorpresa!- le grité en cuanto me abrió la puerta.

-¡¡¡OH DIOS MÍO!!!- me gritó, dejándome medio sorda.- ¡Se suponía que venías en un mes! Te he echado muchísimo de menos, y tienes que contarme TODO sobre Jack.- dijo mientas me hacía señal para que me sentara en el sofá.

-Pues mira, me pidió salir y... Ahora es mi novio.

-¡¿Qué?! Joder, Bree, estás sin mí unos meses y ya la lías. ¿Como ocurrió?

-Pues mira, me llevó al faro que estaba al lado de mi campus, me besó y me lo pidió. Fin.- le conté, abreviando un montón la historia.

-¿Cómo te trata? Como no trate genial a mi Bree... Se va a enterar de lo que es bueno.

-Tranquila, es el súper bueno conmigo, me demuestra que me quiere, y me protege mucho.- le conté mientras ella abría lo ojos como platos.

-Eso espero.

Llevábamos ya como dos horas hablando cuando sonó mi móvil.

-¿Sí?- dije descolgando el móvil.

-Cariño, soy mamá. Oye, que vamos a comer ya, vente para casa.

-Jo, mami. ¿Podría quedarme media hora más?

-Un cuarto de hora, y no protestes.

-Está bien. Gracias mamá, te quiero.

En ese cuarto de hora que me dejaba mi madre, le conté lo del mensaje, quién podría ser, que debía hacer, si ir, si no... Ella me respondió que debería ir. Si querían quedar con migo sería por algo, y pensaba descubrirlo.

-Bueno, creo que debo irme ya.

-Jo, se me ha pasado el tiempo volando.

-Ya, a mi también.

-Ya me contarás después tu cita-no cita- dijo con una risita.

-Espero que vaya bien.

-¿Sinceramente? Yo también.

Fui a comer. Había macarrones con tomate y queso, mis preferidos. Estuve muy nerviosa. En cuanto termináramos de comer, sólo tendríamos que recoger la cocina, y después, podríamos descansar.

Bueno, yo no. Estaba muy inquieta por el anónimo que quería verme. No conseguía echar una buena siesta.

Por fin llegaron las cuatro de la tarde. Aunque la verdad, no sé si estoy diciendo la expresión correcta, ya que no quería que ese momento llegara jamás.

Fui hacia la cafetería Reinols, esta vez tuve que coger un taxi, ya que estaba bastante lejos de la cafetería, y no podía ir andando.

****

Cuando llegué, me pregunté: ¿Cómo voy a saber quién es la persona misteriosa?

Justo en ese momento, vi a un chico de ojos verdes, pelo rubio y alto levantando la mano.

-Ese es- susurré para mi misma.

-Sí, lo soy- me contestó cuando llegué a su lado.

¿Cómo había podido oírme?

Como si me leyera el pensamiento, me dijo:

-Susurras demasiado alto.- me dijo sonriéndome y mostrándome unos dientes perfectos- Caleb.

-Bree.- le dije tendiéndole mi mano.

-Haber, tengo que decirte todo muy rápido, se nos acaba el tiempo.- me dijo como si estuviera nervioso. Tienes que huir de tu ciudad- me dijo muy serio.

-Como si esto fuera una peli de acción... Dime que quieres, me tengo que ir.

-No es ninguna broma, Bree. En tres horas tienes que estar fuera de la ciudad, ve a esta dirección- me dijo, dándome un papelito. En este ponía esa dirección y un mensaje:

"No te da tiempo a llevar a alguien. Prepara una maleta y ve."

Cuando terminé de leer el papel, levanté la vista, pero ya no había nadie.

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¡Gracias por leerme!

Espero que os guste, este capítulo fue un poco mas largo, me esforcé bastante, siento la tardanza, estuve ocupada varios días.

Ahora se qué es el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora