Huyendo

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De vuelta a mi casa encontré a mi padre en la sala, mi casa no era una mansión pero mi abuelo hizo una quinta para su familia cuando se casó con mi abuela.

Tenía un gran porche con matas ornamentales, mi abuelo mando hacer un columpio de madera para mí, muebles de madera para sentarse en verano

Una gran sala daba la bienvenida con muebles antiguos que mis abuelos compraron en casas de antigüedades, mi padre estaba frente al televisor viendo las noticias.

Me recibió con el cejo fruncido.

- Que paso con tu madre?

- Que te dijo? pregunte recelosa ella tenía la manía de inventar a su conveniencia

- Nada llego hecha una furia y me dijo que te habías convertido en... se cayó y bajo la cabeza

- Tranquilo pa ella me lo dijo en mi cara.

Mi padre se acercó y me abrazo muy fuerte, - Porque no me quiere? papi- pregunte sollozando

- No lo sé amor, no sé cuándo dejo de querernos, después del accidente no volvió a ser ella misma.

Recuerdo en ese momento a mi madre antes de sufrir un accidente de auto, era amorosa, jugaba conmigo, amaba a mi padre y era amable con mi abuelo.

El día que regreso del hospital donde estuvo un mes en recuperación, era distante, no me dejo abrazarla, no volvió a dormir con mi padre y menospreciaba al abuelo desde entonces todo fue de mal en peor.

Hoy en día a esa mujer no la soporto me ha herido tanto que se me hace imposible quererla.

- Como esta Ricardo? cambio de tema mi padre

- Muy triste papa, no sé cómo consolarlo

- El que estés ahí con él es la mejor manera de consolarlo, créeme se de lo que hablo.

Lo mire con la ceja levantada.

Él se encogió de hombros _ Cuando mi medre murió tu madre fue mi apoyo.

Asentí, me acerque lo abrace y bese en la mejilla - Te quiero papi.

Él me sonrió - Y yo a ti pichichi

Reí pues hacía tiempo que no me llamaba así.

Subí a mi habitación y me duche para bajar a comer pues moría de hambre, paso por el despacho y escucho a mi madre hablar

- Hasta cuando voy a esperar? hace una pausa escuchando - Está bien, pero que hacemos con mi hija?

Imagino que le están dando órdenes o que se yo porque solo dice okey, se remueve en el asiento y dice - Estas seguro? porque sospechas que vieron algo?

Escucho que se levanta y comienza a caminar de un lado a otro.

- Que más encontraste? se queda en silencio - Entonces le sacare la información a la idiota esa, si vio algo te encargas de sus amigos.

Me entra pánico y en silencio corro a mi habitación. Estoy hiperventilando, ellos lo saben, le van hacer daño a mis amigos, no sé qué hacer ni a quién recurrir. - Abuelo debo ir con el abuelo.

A esta hora debe estar en la empresa de la familia, mi abuelo comenzó con una pequeña de cosméticos de belleza, pro hoy en día es una gran compañía. Me volví a cambiar de ropa y salí corriendo antes que ella me viera.

Tarde una eternidad en llegar, o tal vez eran mis nervios, entre en el pequeño edificio identificado con NATHALESS Cosméticos llamada así por mi abuela Nathalie Alessandra, la oficina de mi abuelo estaba en la tercera planta, pase delante de todo el mundo sin saludar, no podía hablar si lo intentaba me pondría a llorar.

La secretaria de mi abuelo Martha, me miro y sin decirle nada abrió la puerta, mi abuelo que estaba sentado frente a su escritorio de madera negra, me encantaba ese escritorio pero en este momento solo me interesaba el hombre que se encontraba sentado en el.

Levanto la mirada y al verme se levantó y abrió sus brazos, corrí a ellos y me puse a llorar como una magdalena, el solo me abrazo acariciando mi cabello esperando que me calmara.

Después de uno minutos levante la cabeza y él me sonrió

-que pasa pequeño gorrión? pregunto ayudándome a sentarme

- Abuelo necesito tu ayuda, estoy en peligro, J y Ele También- solloce

- Explícame eso Aria.- su rostro se mostraba preocupado.

Respire profundamente y solté todo lo que había visto esa noche con mis amigos.

Mi abuelo se paseó por la oficina rascándose la barbilla, me miraba y luego comenzaba a caminar nuevamente, por fin se sentó en su escritorio y levanto el auricular, m asuste y le pedí.

- No abuelo, no puedes decirle a nadie, no tenemos pruebas y ellos nos pueden matar.

Mi abuelo puso su mano encima de mi mano _ Tranquila pequeña y confía en mí

Marco el número y hablo con alguien - Necesito que vengas de inmediato.- Colgó el teléfono y me hizo señas para que me sentara de nuevo, varios minutos después entro el señor Alex nuestro abogado, era el mejor amigo de mi Abuelo y padrino de mi papa.

- Abuelo Alex.- Lo abrace y el beso mi frente

- Que pasa?- Saludo a mi abuelo con un abrazo de esos que se dan los amigos.

- Aria y sus amigos deben desaparecer sin dejar rastro.

El abuelo Alex y yo lo miramos sorprendidos, el suspiro se sentó y nos invitó hacer lo mismo. Le conto todo al abogado y este entendió las medidas de mi abuelo.- Si lo mejor es que se vallan sin que nadie sepa dónde están, hasta que podamos encontrar pruebas de ese crimen.

- No puedo Ricardo y yo nos vamos a casar, debo decirle para que me entienda que es lo que pasa.

El abuelo Alex se acerca a mí y me toma por los hombros. - Aria si le dices se desesperara y cometerá la imprudencia de acusarlos y ellos se liberaran y tu estarás en peligro y tus amigos también.

Me derrumbe, grite en agonía, escuche los pasos de mi abuelo que se acercó a mí y me abrazo fuertemente

- Calma pequeña, arreglaremos esto lo prometo, aunque sea lo último que haga.

Me sentó en el sofá, quede como en el limbo, escuchaba voces, y sentía que iban y venia, alguien me dio un vaso de agua y me obligo a tomarlo. Yo solo pensaba en Ricardo, en como dejarlo sin explicarle que debía protegerlo y protegerme. Mis amigos que le iba a decir, sus vidas quedarían destruidas igual que la mía.

Finalizando la tarde el Abuelo y Alex tenían todo preparado, solo había que hablar con mis amigos al que estaba esperando en ese momento, no había probado bocado cada hora empezaba a llorar y luego me calmaba, Alex trataba de hablar conmigo pero estaba en automático.

-Loca llegamos.- Se anunció Ele, pro al verme corrió y me abrazo

- Que ocurre abuelo.- Pregunto Joe que me miraba preocupado, yo no podía hablar así que Alex les conto todo lo que había escuchado y lo que teníamos que hacer.

Mire a mis amigos y rompí a llorar - Lo si-siento no querría arruinar sus vi-vidas.- Lloraba a lágrimas de nuevo. Ele me volvió a abrazar. - Tranquila esto no es tu culpa. Me decía Joe acercándose hasta donde estábamos-

- Cuando debemos irnos?- pregunto Ele, levante mi cara sorprendida, ella solo se encogió de hombros y agrego - Juntos como los tres mosqueteros.-

La abrace fuerte y decidí enfrentar lo que sea si ellos venían conmigo.

LA MANSIÓN NUBLADAWhere stories live. Discover now