Caminando fuera de una casa en el campo. Una joven y guapa rubia en largo camisón caminaba hasta un claro. Ahí se sujetaba su vientre de 8 meses, acariciándolo con ternura. Fue un plan, una encomienda. Pero aun así amaba al bebé dentro de ella, pues era el hijo de quien más amaba en su vida. La mirada de azul apagado se encendió ligeramente, su cara se remodeló por las lágrimas y los pucheros que hacía. Reprimiendo un dolor punzante y atroz en el pecho.
— ¡Oh luna gris!... Tú que ves todo y a todos... déjame verlo en sueños. Déjame ver a Eren por favor, sentirlo, déjame hablarle. Has que en el lugar donde sea que esté durmiendo, sienta mis brazos alrededor de su espalda para darle abrigo. Sienta mis besos en su mejilla para darle valor. Deja que llegue a él mi clamor, que sepa que aún tras 8 largos meses, aún lo amo. Que no lo he olvidado, que no he olvidado la promesa de ese día que partió... Déjame verlo en sueños.
— ¡Historia! —Con ese grito, la joven reina se volvió. Su mirada se apagó nuevamente. Se trataba de Hans, el granjero del cual pidió la preñara. Pero sólo él, ella, y Eren Jaeger sabían la verdad de todo. Hans sólo era una cortina de humo para cubrir un secreto, una relación prohibida. —Historia, no deberías estar aquí, puedes enfermarte. —Ella no respondió. Dejó que ese humilde joven la envolviera con una manta para protegerla del cruel frío mientras la guiaba a la casa.
Ahí, ella no fue capaz de dirigirle una palabra, sólo subió difícilmente las escaleras para ir a su habitación. Se metió en la cama sin despegar la vista de la luna. Finalmente le resbaló una lágrima por su mejilla mientras cerraba los ojos. Aunque esa noche ella pidió a la luna que dejara que su alma viajara donde Eren. Fue él quien viajó donde ella, pues pudo sentirlo, sí, lo sintió. Esos fuertes brazos, ese pecho firme abrazándola. Esas manos tibias acariciándole el cabello tranquilizadoramente, esos ojos vivases de color verde que la miraban con amor, con resguardo.
<<Como hubiese deseado haber sido más fuerte ese día. Haberte suplicado, haberte obligado a quedarte. Ese momento cuando te ibas, si no podía evitarlo, de menos te hubiese abrazado más tiempo, te hubiese besado más... Ojalá te hubiese dicho cuanto te amaba en ese momento aunque ya lo supieras, y que tanto te amo aún ahora que estás lejos de mí. Eren... ¿tú no me has olvidado?>>
El puerto de Paradis, terminado y funcional. Un barco de carga y mercancías, se preparaba a irse rumbo a Marley. Era de madrugada, todos aparentemente estaban dormidos, salvo un puño de soldados. Al frente de ellos estaba Floch, parado en firmes, y con el saludo de la legión. Delante suyo estaba Eren y Yelena.
—Me voy muchachos. Ignoro si volveremos a vernos, pero hasta entonces, nunca dejen de luchar. Nunca dejen de entregar sus corazones. Paradis, Erdia depende de la fuerza de sus soldados. ¿Cuento con ustedes?
— ¡SÍ! —Respondieron al unísono. Eren se preparaba para despedirse, cuando desvía la mirada hacia un poste de luz. Una silueta encapuchada que lo observa. Tras analizar con detalle, nota esos dolidos ojos que lo miraban, que lo perforaban.
—Avisa al capitán del barco, denme sólo 5 minutos. —Le dijo a Yelena quien asiente. Eren entonces camina hacia ese faro. Ahí, él mismo le baja esa capucha a la persona que lo observaba. Historia, quien ya tenía esa mirada apagada. Eso le desgarró el corazón, sin embargo no resistieron el deseo de abrazarse a sí mismos, con tanta fuerza como si se quisieran aplastar entre ellos. Historia con sus manos, se aferró a las ropas en la espalda de Eren, como si no quisiera soltarlo.
—No quiero... realmente no quiero. Eren por favor... quédate conmigo... no me dejes. —Ella se hundió en su pecho, se le aferró con fuerza a las ropas mientras gimoteaba y lloraba.
YOU ARE READING
Nuestro Secreto
RomanceHistoria Reiss ¿Como sobrellevó la ausencia de Eren en el tiempo que este se fue a Marley? Descubrelo.