El rojo de la muñeca

840 111 45
                                    

Nota del autor: Todos lo pedian a gritos, asi que aqui esta. Espero que lo disfruten

  ●●●  

Los días para Sal son eternos, suele ver el reloj esperando que pase un milagro o que muera lo que pase primero. Las horas parece infinita y los segundos son milenios. El día de hoy no es una excepción a la regla, simplemente se quedó en el sofá con Gizmo tal vez esperando algo o alguien. El gato ronroneaba y acaricia a Sal mientras el veía a la nada, perdido en sus pensamientos. 

Son esos momento que Sal se sentía lo peor que alguna vez existió. Basura, imbécil, inútil y despreciable eran pensamiento tan recurrentes para el que solo intentaba vaciar la mente. Que pensará en blanco y no pensar más. 

Tenía que hacer algo, una parte de él sabía que pasar así todo el día no solucionaría nada ¿Cuáles podrían ser sus opciones? ¿Qué podría hacer? Definitivamente no ir con Larry, no quiere preocuparlo o que le empiece a hacer preguntas. ¿Jugar videojuego? Ya se lo paso todo. Podría visitar a Megan, hacía tiempo que no la veía.

Se levantó del sofá y fue hacia su cuarto, se puso los zapatos, la prótesis, unas coletas  y se acomodo el suéter. Después volvió a la sala, abrió la puerta y salió en dirección al ascensor al piso cinco. Llegado allí fue el 504, al baño.

-¿Megan?-preguntó entrando.

Mientras entraba, Megan hizo acto de presencia frente a la bañera con una sonrisa.

-¡Sally Face!-dijo entusiasmada. Sal se sentó frente a la bañera, Megan se sentó a su lado-¿Donde has estado? 

-Ocupado Megan-dijo algo cansado el peli azul. Mientras observaba a Sal, observó que tu muñeca había algo rojo, casi imperceptible.

-¿Otra vez de lastimaste?-pregunto curiosa Megan, con toda la inocencia del mundo, haciendo que Sal la vea, poniendo su muñeca en el pecho.-Tienes sangre en tu camisa. ¿Otra vez fue un accidente con tu gato? o ¿Fue que un vidrio que se te cayó?-

-No fue...-Sal bajo la voz y volteo la cabeza, ¿Qué le diría ahora? Empezó a rascarse la nuca-Fue...fue...- Sally Face volvió a mirar a Megan, quien le miraba con curiosidad y inocencia-E.. es complicado Megan-

-Muchas cosas son complicadas, eso decía mi mamá-Megan miró al frente.

Sal no supo qué decirle, simplemente se quedó en silencio. Megan puso su cabeza en el hombro de Sal sin decir nada. El volteo a verla, pensando que iba a caerse pero simplemente se quedó allí. Las horas pasaban volando y ambos disfrutaba de cierta manera el uno del otro. 

-Sal, ¿Cómo es el mundo de afuera?-dijo Megan de la nada, sorprendiendo a Sally Face.

-No te pierdes de mucho-le respondió- Muchas veces es aburrido-Después de mucho silencio, Megan dijo.

-Extraño a mamá y papá- 

-...Yo también- dijo Sally face, casi susurrando.

Así pasaron otro rato, hasta que Sal le levantó.

-¿Ya te vas?-preguntó Megan triste.

-Prometo que volveré mañana-Dijo mientras iba a la puerta-Adios Megan-

-Adiós Sally Face-dijo Megan, mientras desaparecía.

  ●●●  

-¡¡Sally Face!!-escucho una voz proveniente del ascensor.

Ese grito alertó a Sal mientras abría la puerta para entrar a su casa. Ya se me hacía raro que no vendría a buscarme. Pensó Sal mientras maldecía a sus adentros y volteaba, solo para encontrarse con sus amigos saludando alegremente. Él los saludó sin muchos ánimos.

-Les dije que no estaba muerto-dijo Todd con cierto aire chistoso.

-¿Estas bien Sal?-pregunto Ash preocupada.

-Sí, estoy bien. Solo que hoy me desperté tarde-dijo tranquilamente el peli azul. Larry dudaba de esa historia, y lo miró unos momentos desconfiado, pero después cambió la expresión a una normal, recordó que estaban Todd y Ash. 

-Igual no te perdiste de mucho-dijo Larry poniendo su mano en el hombro de Sal.

-Excepto ver a Chug comiendo una barra de chocolate del piso-dijo Todd acomodándose sus lentes.

-Y fue completamente asqueroso-agregó Larry.

-Y hablando de asquerosidad, hay una película en el cine que se ve estupenda-Dijo Ash.

Y así fue como Sal fue secuestrado por sus amigos. No tenía ninguna ganas de hacer eso y de hecho estaba pensando una gran excusa para huir de allí. Lastimosamente no se le ocurría nada, simplemente se limitaba a observar lo que pasaba, ya saben como es Sal. 

Terminaron saliendo a distintas partes de la ciudad, hablaron de la escuela, el culto, de películas malas y esas cosas, comieron helados. A decir verdad se estaba divirtiendo con sus amigos, no iba a negarlo. Era como si poco a poco le levantaban el ánimo y las ganas de desaparecer de este mundo. Eventualmente comenzó a hablar con ellos, haciendo chistes y cosas por el estilo. 

Esta mejora en Sal fue notada por Larry, quien le aliviaba a ver a su mejor amigo relajarse un poco. Tal vez después le interrogará la verdadera razón de que no fuera a la escuela, pero no lo haría ahora en frente de Todd y Ash. 

-No entiendo como se congela el helado-dijo Larry mientra miraba su helado con cara extrañado.

-Se trata del punto de congelación Larry-dijo Todd comiendo su helado tranquilamente.

-Mi helado sabe raro-dijo Ash.

-Te imaginas que los helados son como pequeñas personas de hielos triturados-dijo Larry-Entonces, estaríamos comiendo personas.

-No sería la primera vez-dijo Sal.

-Oh dude, quería olvidar esa imagen de mi mente-dijo Larry con expresión grotesca, mientras Todd se seria en voz baja.

-No sería gracioso si vieras lo que vimos-dijo Ash molesta.

-Oh vamos Ash, la cara de asco de Larry vale oro-dijo Todd riendo-¿Cierto Sal?

-Yo no diré nada-respondió el peli azul.

-Significa que tengo razón-dijo Ash con una expresión ganadora.

-Como sea-dijo Todd concentrándose en su helado.

Ash y Todd siguieron hablando y se adelantaron a Sally Face y Larry Face. No iba a desperdiciar la oportunidad que preguntar que paso en realidad. Sin embargo, Larry noto algo raro en Sal. Era en su camisa, en la manga de su camisa. Parece que se había manchado con algo, ¿jalea tal vez? Tiene un color rojizo.

-Oye Sal, ¿Qué tienes en la camisa?-le preguntó Larry, haciendo que se alertara.

-¿D-donde?-pregunto algo nervioso.

-En la muñeca-dijo señalando, casi como teniendo una curiosidad insana de lo que habia alli, haciendo que alejara su mano.

-No es nada, debe ser que no la lave bien-dijo avanzando más rápido, o suficiente para alcanzar a una distancia prudente a Larry. Sabía que debía lavarlo antes de irme, pensó mientras volteaba la muñeca, viéndose que estaba vendada.

Lo que no se daba cuenta, es que Larry también caminaba atrás de él, pudo ver esa venda en la muñeca que lo asustó.

-¿Pero que?-









SickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora