Serena estaba agotada por el trajín de la noche y confundida por el hombre arrebatador que había aparecido en su vida aquella noche. Estaba a punto de echar el cerrojo de la puerta del local cuando vio que se acercaba alguien de fuera. Contuvo un grito y esperó alerta hasta que reconoció quién era.
—¿Healer? —preguntó abriendo la puerta.
—Me he dejado una cosa —se justificó él incómodo.
¿Realmente se había olvidado algo o era una estratagema para estar un rato a solas con ella? Y lo más importante, ¿le importaba a ella que fuera así?
Serena lo dejó pasar.
—Has tenido suerte. Diez minutos más y estaría en el piso de arriba, profundamente dormida.
Healer entró en el local y la miró con curiosidad.
—¿En el piso de arriba?
Serena se reprendió a sí misma. No debería haber dejado que ese atractivo extraño supiera que ella vivía en el piso de arriba, que tenía una espaciosa y mullida cama en el piso de arriba... Pero como ya no había vuelta atrás, se lanzó de lleno:
—Sí, vivo en el apartamento que hay encima de La Tentación. Y vivosola.
Casi hubiera sido mejor invitarlo a subir, se dijo, habría sonado menos
patético.
—Qué cómodo —fue todo lo que él apuntó.
Serena cerró la puerta. El chasquido del cerrojo los aisló del resto del mundo, creó un espacio sólo para ellos dos.
El local estaba prácticamente a oscuras. Una lámpara de cristal rojo iluminaba tenuemente la sala e invitaba al pecado. En el pasillo trasero había otra bombilla encendida, lo suficiente para adivinar las mesas y sillas, pero no para que Serena pudiera ver bien el rostro de Healer y saber qué actitud o qué intenciones tenía.
El bar de noche era sensual y misterioso, como si guardara muchos secretos... lo cual encajaba con el estado de ánimo de ella. Las paredes de madera crujían de vez en cuando. En el techo, un ventilador se movía perezosamente. Eran los únicos sonidos en la noche.
El silencio era denso, palpable. Serena estaba segura de que, si prestaba atención, Healer podría escuchar los latidos de su corazón. Todas sus alarmas internas la advertían del peligro. Y no era que tuviera miedo de que Healer pudiera hacerle daño físico. Lo que temía era cometer un error del que se arrepintiera por la mañana.
—¿Realmente te has dejado algo? —preguntó ella por fin, dudando de si él habría percibido su deseo en su voz.
—Sí —contestó él.
Ella se cruzó de brazos, ladeó la cabeza y lo desafió con la mirada. Cada vez estaba más convencida de que todo era una estratagema, que él no había olvidado nada. Excepto quizás intentar algo con ella.
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TENTACION...
FanficAQUELLA MUJER SE RINDIÓ A LA TENTACIÓN QUE SUPONÍA AQUEL HOMBRE. Serena Tsukino era la más rebelde de la familia... hasta que tuvieron que cerrar el bar familiar y decidió que había llegado el momento de sentar la cabeza. Lo primero que tenía que ha...