El puesto

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Una noche oscura y resonante por el sonido de los autos en la pista y los grillos plasmados en el pasto, caminaba a paso lento con ambas manos en los bolsillos dispuesto a llegar a casa con esa brisa fría que acompañaba mi estado en ese momento, supuse que después de caminar una hora y media, en cualquier momento tenia que entrarme hambre, y pasó, dejando así ver mi apetito poco voraz en temprana etapa por "ejercitarme" de manera sana dando unos pasos en el asfalto. A lo lejos, una luz enrojecida,por una lona plástica de, el color ya mencionado, sonaba un sonido gracioso y rítmico a lo lejos , como cuando le dices a uno de tus amigos en tono de burla que la ha cagado -Sssssssss. Sonido abrumante que se alarga y truena a cada paso que me acerco gracias a que el aumento sonoro crece por acercarme lentamente a el puesto. Cerca, llegué a sentarme para, pedirle a la señora que, con una gran tenacidad y hasta artística forma, daba origen y vida a una orden de tacos de tortilla remojada en aceite acitronado con cebolla y otras especias que quedan rodando en la preparación de tantas ordenes dé compinchados tacos. Pedí a la señora una orden de bistek, coloquialmente llamada así por el tipo de carne cortada a machetazos en una tabla de madera más picada que una corteza de árbol en primavera agujereada por los escarabajos y hormigas, un cuchillo con más filo que la propia tencion que generan 2 personas que fueron pareja y se ven en un lugar menos esperado a solas, y el aroma más exquisito puesto en tus fosas nasales acompañado de picantes y dulces crocantes pedazos de especias en el comal.
-Buenas doña, si me da una orden de bistek pa'comer aqui
-claro que si joven, de tomar que quiere, tengo coca,joya,Pepsi,jugo; e interrumpo en su dialecto fluido mientras miraba su hielera de refrescos para pedir en si, una coca cola.
-bien jóven.

En el transcurso del tiempo, que no fue mucho, pude ver cómo preparaba mi orden de tacos que fue, hecha casi milimétricamente y cortada por los mismísimos dioses, si esta señora fuera Wolverine, el uso de las garras de adamantium estarian en muy buenas manos culinarias callejeras para dominar el arte de levantar el aceite con la espátula al bañar las tortillas.
La servida fue espectacular, un plato que al más pequeño soplo de sus labios corto y espanto toda bacteria callejera en el y poniendo un pedazo de celofán seguido de un pedazo de papel de tortillas, coloco los gracientos bocadillos de tortilla de maíz con carne,cilantro,bistek y cebolla asada, bañados en limón con salsa verde picosa y mi refresco que dejaba caer una gota de sudor frío al saber que sería bebida con tan bien manjar culinario.
La primer mordida espectacular, no hay descripción para el deleite en mi lengua, para , bueno, el sabor que no encontrarás en unos buenos tacos de la calle.
Me retire sin antes pagarle su merecido dinero ganado a la señora y me retiré con el estómago bien satisfecho y mis papilas gustativas revoloteando del gusto,mientras sobe mi estómago y me aleje para decir en la mente "Ay que buenos tacos los que comi".

Historia Por Israel Charles, tu escritorio secundario.

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2018 ⏰

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Ay, Que Buenos Tacos Me ComiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora