Capítulo 36

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                            Javier

La llevé a casa, estábamos tan felices que nada podía hacernos cambiar de ánimo, cuando llegamos nos acomodamos un poco en el sofá, Samantha se recostó en mí pecho y yo enredé mis brazos en su cuerpo, comencé a acariciar su cabello e inmediatamente vi como se relajaba.

-me hace feliz que estés a mi lado -le dije al oído, aunque no tuve ninguna respuesta por su parte, luego de eso solo me quedé en silencio mientras escuchaba su respiración tranquila y relajada.

-si la llevo a su cama posiblemente la despierte -pensaba -aunque no puedo dejarla aquí incómoda -me respondí

Me moví cautelosamente y levanté su cuerpo con cuidado, ella aunque se despertó, solo me tomó por el cuello y recostó su cabeza en mi hombro. Cuidadosamente la acosté y luego traté de desocupar un poco su cama pues había bastante ropa puesta sobre ella, supuse que fue la que se probaba para saber cual se llevaría a nuestra cita esta noche, así que quité todo eso  y le coloqué una sábana delgada que tenía a la vista, mientras me sentaba en una orilla de su cama no pude evitar perderme ese momento de verla tan tranquila con sus ojos cerrados. Hasta así luce preciosa.

-buenas noches mi amor, descansa -dije callado y deposité un beso en sus labios. De inmediato al sentir mis labios sobre los suyos abrió los ojos y me vio con una sonrisa.

-no te vayas -dijo y tomó mi cuello para llevar mi cuerpo al de ella y darme un abrazo fuerte.

-es que ya es hora de que descanses -le respondí tiernamente.

-podemos descansar ambos -me dice y no suelta mi cuerpo -hay bastante espacio aquí a mi lado -golpea despacio el lugar vacío de su cama.

-sería imposible resistirme a una petición tuya -le respondo y entro en su cama.
Samantha muy contenta me vuelve a abrazar y empieza a acomodarse entre mis brazos.

-¿tú no vas a fallarme verdad? -pregunta ella de repente.

-puede que cometa errores, pero no quiero decepcionarte -respondí seguro.

-tengo miedo -dice y clava su mirada en la mía.

-¿a qué le tienes miedo? -le pregunto atento.

-a amarte y que te termines yendo como todos en mi vida -de inmediato pude ver como las lágrimas se hicieron presente en sus ojos.

-oye, oye, te juro que quiero estar aquí contigo, mi intención es hacerte sentir bien, no ver que te pongas mal. Sam yo quiero estar en las buenas y en las malas, y si tienes que llorar como ahora, mi intención es estar para abrazarte y no ser yo quien cause esas lágrimas. Quiero que tengas bien claro que no pretendo hacerte daño, porque me odiaría si eso pasara.

-es que, pienso mucho en que me podrías decepcionar como todos, pienso que un día te vas a cansar de lo que te puedo ofrecer y buscarás algo mejor.

-no Sam ¡escúchame! Te elegí porque en verdad me interesa tener algo formal a tu lado. Puedo prometerte que no quiero terminar yéndome de aquí, pero si un día algo marchase mal... Antes de decepcionarte y hacer algo que te lastime, preferiría ser sincero y marcharme ¡no soportaría ser quien cause dolor en ti! Por favor quiero que lo tengas en mente. No todas las personas son iguales a las que has tenido en tu entorno. Tú misma puedes darte cuenta de eso -le dije mientras tomaba con mis manos su barbilla para levantar su triste mirada.

Nunca Fui Tan Feliz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora