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Mal, así era como me sentía; las palabras tan hirientes de Luffy habían provocado esto en mi, ahora no podia dejar de derramar lágrimas, incluso llegué a creer que todo esto era culpa mía.
¿Lo era?
Debía de serlo, no había otra explicación, todo lo que mi amado me dijo, era real; tal vez inconscientemente mi egoísmo había hecho todo ese daño a Luffy, esa idea no la veía tan alejada. Ahora estaba aquí en mi recámara arrepintiendome de todo lo que cause; incluso me atreví a golpearlo, cuando el solo estaba expresando como se sentía, no actúe como una adulta madura, tuve que haber entendido que el estaba pasando por una etapa muy difícil que era la muerte de su amado hermano, mientras que yo, solo me había quedado a contemplar como lo herian de gravedad, lo único de utilidad que había hecho, era salvarlo de Smoker y tal vez darle la llave para las esposas de que apresaban a Ace. Sus nakamas hubieran arriesgado sus propias vidas para ayudar a su capitán, en cambio yo, temia en parte por que me arrebataran el título de Shichibukai, pues eso era lo que mantenía a mi aldea y a esta isla a salvo; lance un lastimero suspiró al aire.
- No me agrada ver a semejante belleza decaida- escuche una voz que provoca temor a cualquiera, acompañada de una risa terriblemente escalofriante.
Me levanté sorprendida y un poco asustada.
- ¿Doflamingo?- susurre y en efecto ahí estaba el, sentado en el marco de mi ventana.

No podia ocultar mi sorpresa, pues por más que intentaba buscar alguna explicación lógica, no la encontraba.

- Veo que te quedaste muda- sentí como tomaba mi mano entre las suyas un asco incontenible recorrió todo mi cuerpo.
Me aparte de el con brusquedad, pues solo habia un hombre que podía tocarme así, solamente el podía entrar a mi isla y más a mi cuarto privado.
- Sigues siendo muy salvaje con el indefenso genero masculino- otra vez, esa sonrisa que te ponía los pelos de punta.
- ¿Qué haces aquí?- frunci el ceño claramente asqueada.
- Vengo a cumplir ordenes- aquello me sorprendió, había leído apenas un periódico y recuerdo una notícia de que Greco Moria habia muerto en combate.
Ya sabía yo que algo estaba mal, ahora todas esa piezas sueltas se estaban reuniendo.
- ¿De la Marina?- dije tranquilamente mientras veia por la ventana.
- oh no, de mucho más arriba- lo sentí colocarse detras de mi.
- Pues, hazlo termina con toda esta farsa-
Solto una carcajada que me hizo temblar un poco.
- Pero si aún no te he dicho cual es la orden cariño-
Nos quedamos en silencio unos segundos que se sintieron como horas, el viento soplaba haciendo el momento más tenso.
- Tengo la orden de, encontrar y asesinar a Monkey D. Luffy-

Mis ojos se abrieron desmesuradamente, volte a verlo; lo encontré mirándome con aquella escalofriante sonrisa.

-Bingo- alzo sus dedos.

Un miedo desconocido para mi recorrio cada célula de mi cuerpo, cuando se trataba de mi amado no era capaz de controlar mis emociones y ahora el simple hecho de que alguien pensara que estaba aqui, hacia revolver mi estómago.

- El no está aqui- hice un triste intento para mentir, pero me había delatado por culpa de mis tonterías de no haberme controlado.
- Cariño podraa haberme engañado a los idiotas de la Marina, pero a mi no- camino alrededor mío. - Fue una buena estrategia, nadie sospecharia que la emperatriz pirata fuera, aliada del sombrero de paja- me vio con burla.
Ahora entendía, mi plan había sido perfecto para engañar incluso al Gobierno mundial, pero no para engañar a el doble cara de Doflamingo.
Apreté los labios con rabia, no permitirá que le tocaran un solo cabello a Luffy.
- Fallaras en tu misión- dije alto, coloqué mis brazos al frente y mis manos formaron un corazón.
El sabía que esa posición era para utilizar mi poder de la fruta del diablo. Lo que preocupó fue que no ponía cara de preocupación como la mayoría de los hombres, al contrario me vio interesado pero también había un toqué de burla.

Fui muy lenta, sentí como no podía mover mi cuerpo por más que intentaba forcejear. Ahí me di cuenta, tenía a Doflamingo con su mano extendida; movio un dedo y mi brazo se movio.

- Tan brava como siempre, mi preciosa Boa-

Sentí como de un tirón me jalo hacia él; me tomó de la cintura firmemente, traté de alejarme pero todo intento fue inútil.
- Tal vez, pueda hacerme oídos sordos y decir que no localice ni rastro de el sombrero se paja- lo mire sorprendida y esperanzada. - Si, a cambió haces algo por mi querida-

Sabía que me pidiria algo.

- Puedes llevarte todo nuestro tesoro si es lo que deseas- los hombres eran avariciosos.

- Oh no, dinero puedo encontrarlo en cualquier otro lado- me pego lo más que pudo a su cuerpo, se agachó hasta quedar a la altura de mi odio y susurrarme.




- Te quiero a ti-










Woooooow incluso yo me sorprendí :0 pero era justo y necesario jajaja bien dicen que cuando hay celos los sentimientos salen a flote y eso es lo que necesita el cabeza dura de Luffy >:v que vea que alguien más quiere a la preciosa Boa jajaja muchos diran.
¿Porqué Doflamingo?
Pues la respuesta esta en la imagen de multimedia, simplemente la vi y se me ocurrió esto :0 espero que lo disfruten tanto como yo disfrutó de escribirlo y leer sus comentarios :3

Reina Pirata Luffy X Boa Hancock(Historia 2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora