Habia una vez un chico llamado Jeon Jungkook, de cabello oscuro, un joven elocuente y versatil, parecia el chico perfecto, hijo de familia adinerada, apuesto, buen cantante y aparte bailarin, todo un casanova.
Por otro lado se encontraba un chico algo flaco pero atractivo, era un chico muy inteligente, misterioso, una persona culta, tambien algo complejo, pues casi nadie lo entendia, excepto su padre. Su nombre era Kim Taehyung, alguien con corazon de pollo pero a la vez de piedra, pues el perdio a su madre a la edad de 5 años.
Un día, Jungkook iba emocionado, pues aunque todas las chicas y algunos chicos murieran por estar a su lado, Jungkook solo tenía ojos para uno ... hací es, para Taehyung.
El sabia muy bien que le gustaba Tae.Menos Taehyung que era algo cerrado de mente y torpe para distinguir si le gustaba a alguien.
Jungkook pensaba que Taehyung era todo un seductor, pues su cabello castaño lo hipnotizaba, el siempre vestía de camisas manga larga y pantalones algo ajustados que marcaban muy bien sus delgadas piernas, sus ojos color cafe mostrandose atraves de sus lentes de botella.
Aun en sus pensamientos escucho la voz de su mejor amigo, Jimin.
Jm: ¡WEEEEEE! - gritaba del otro lado del pasillo.
Jungkook volteo a verlo rodando los ojos por haber interrumpido sus pensamientos de Taehyung.
Jk: ¿Que quieres Jimin? - pregunto demasiado desinteresado.
Jimin, al ver a su amigo y la actitud que se traia, sonrio de oreja a oreja.
Jm: Oh dios, Taehyung lo hizo de nuevo - decía mientras seguía sonriendo.
Jungkook al escuchar al nombre de su amado, empezo a buscar a Tae, pero no lograba encontrarlo.
Jk: ¿¡Que hizo!?- dijo aun buscando al amor de su vida.
Jm: Otro caído más, ha vuelto a rechazar a otro wey, creo que fue a Minjae - dijo fingiendo llorar.
Jungkook estaba más que alegre, aún no le arrebataban su sueño de estar con el.
Jk: ¡Pero que maravilla! - dijo dando pequeños aplausos.
Sonó la campana, hora de entrar a clases. Jungkook estaba entusiasmado, veria a su hermoso amado en clase de inglés, y para ponerlo más feliz el maestro no fue.
Tae llegó al salón y se sentó al lado de Jungkook, ya que el maestro los había sentado juntos, y aunque a pesar de que estuvieran en el mismo lugar, en la misma mesa, no se hablaban ... solo cuando no entendían algo se preguntaban.
Jungkook, decidido a por fin declararse, arrancó un pedazo de papel de la última hoja de su cuaderno, escribió en ella y se la entregó a Tae; este solo lo veía confundido, ¿por qué le dio un papel si estaba sentado a su lado y podía hablarle?.
Sin darle más vuelta al asunto desenvolvió el papel, y empezó a leer:
"Oye Taetae, hay un chico que me gusta demasiado, ¿cómo crees que se lo pueda decir?"
Al leer esto Tae sintió una opresión en su pecho, ¿quién sería aquel afortunado?, era la única pregunta en la que podía pensar; decidió escribir y su respuesta y regresar el papel.
"Pues solo dile que te gusta y ya, no des tantas vueltas al asunto."
Jeon solo pudo soltar una pequeña risita y volver a escribir.