Manuel y Julio observan a Martín, el dueño de casa y cumpleañero. Le clavan la mirada, comentando sus coqueteos con Tiare, la hermana menor de Manuel y amiga de Julio. No se mueven, ni se acercan a interrumpir, solamente le vigilan con la vista cargada y un aura de disgusto, como si se fuesen un par de demonios peligrosos.
—Mira cómo le muestra las llaves del Ferrari que le regaló su tío —murmura Manuel entre dientes, de brazos cruzados, hundido en el sofá.
—Hace un rato se las mostraba a Camila —acota Julio desde el brazo del mueble, junto a Manuel, como siempre sabiendo más de lo que se espera que sepa—. Y antes de eso, a la hermana de Sánchez.
—Es tan jote, me cae mal.
—A mí también.
Cuando no están peleados con el otro, se acompañan mutuamente en el sentimiento de animadversión que les provocan las mismas personas.
—¡Salud por eso! —chocan sus vasos con roncola. Se toman el último trago gratuito de la noche al seco antes de zigzaguear como culebra entre la gente que atesta la casa, echando una última ojeada en caso de que hubiese llegado el amigo que buscaban. Se supone que habían llegado para llevarse a Daniel quien, a diferencia de ellos, sí había sido invitado a la fiesta, pero o no lo habían encontrado por la marea de gente, o habían llegado a destiempo.
—Quizá después lo encontremos —dice Julio, pasando entre los grupos que toman cerveza en el jardín.
—Y pudimos comer algo —agrega Manuel, como punto a favor de ellos ya que, con la excusa de esperar a Daniel, se habían quedado de paracaidistas—. En todo caso, si queremos entrar a la disco a mitad de precio tenemos que irnos, no es nuestra culpa que él no llegara.
Dando la vuelta a la esquina al final de la calle y entrando al pasaje por donde quieren acortar camino, al pasar por la vereda junto al portón cerrado de un vecino, vieron el flamante automóvil que Martín anda pavoneando en busca de sexo, porque aunque le sirve mucho para atraer el interés hacia él, lo tiene escondido para que nadie le hiciese la broma de saltar sobre su techo estando en pedo.
Manuel reduce la velocidad hasta detenerse en la oscuridad. Julio no vio en qué momento sacó las llaves de su casa y se puso a jugar con ellas, y ni siquiera reparó en ello en un principio, puesto que va escuchando música, con unos cascos gigantes. Manuel le pega un codazo para llamar su atención y le indica el vehículo con un movimiento de cabeza.
Sin embargo, en cuanto nota lo que Manuel le quiere decir, le devuelve la mirada con una mueca divertida y toma las llaves de su amigo, porque tiene muchas ganas de vengarse de la vez que Martín le rompió el corazón a su hermana.
Julio sonríe mientras camina junto al Ferrari, muy apegado a la carrocería, con Manuel avanzando a su lado y mirando alrededor con disimulo. El ruido les chirría en sus cuatro oídos y les llena la boca de saliva, pero de todos modos se ríen con complicidad al alejarse de la escena del crimen.
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Bolivia y Chile como compañeros en el mal
FanfictionDrabble para la week con temática UA y amistad. Julio y Manuel vs Martín, por así decirlo xD