CAPÍTULO 6: DE REGRESO.
Ojalá pudiera decirles que al regresar del viaje todo mejoró, pero no, lamentablemente no sucedió así.
Inmediatamente después del viaje comencé con mis ejercicios, y, esta vez, más intensos. Sentía que había engordado en Portugal e hice todo lo posible para perder los kilos que había ganado. Para ese momento, todavía no estaba tan mal con el tema de la comida, estaba más bien en una época de obsesión por el ejercicio.
A finales de septiembre, tuve una cita con la nutricionista. Sorprendentemente, en vez de subir de peso, ¡había bajado! Pesaba 48kg. Realmente estaba demasiado contenta, no hay palabras para explicar cómo me sentía, estaba realmente complacida con mi cuerpo.
La nutricionista y yo acordamos que no seguiría bajando de peso porque ya era suficiente. Yo, por una parte, estaba de acuerdo con ella porque no creía necesario seguir bajando, pero, la otra parte de mí, decía que eso era imposible, yo debía seguir bajando de peso. Al final, esa estúpida parte de mí, me dominó.
