Introdujo su lengua ansiosa en mi boca y la mía la recibió con la misma inquietud. Puso ambas manos en mis nalgas y yo lo envolví con mis piernas, me cargó y comenzó a caminar conmigo mientras yo le lamía el cuello, sentí que mi espalda chocaba con una puerta y como pude la abrí volviendo a besarlo, entramos y me colocó sobre una superficie fría. Se separó, encendió una tenue luz y cerró la puerta, entonces me di cuenta que estaba sentada encima de una lavadora dentro de un pequeño cuarto. Volvió a mi lado y me besó desenfrenadamente mientras sus manos soltaban las tiras de mi pantalón, le ayude a bajármelo al igual que mi ropa interior, y le quité la parte de arriba de su pijama, le besé y lamí el torso desnudo olvidándome completamente de donde estábamos. Él terminó de desnudarme y me besó todo mi pecho en tanto yo bajaba su pantalón y su bóxer, antes de quitárselo por completo sacó un condón y se lo puso entrando en mí con urgencia. Me besó para ahogar mi gemido y se movía con rapidez en tanto yo lo rodeaba con mis piernas aprisionándolo. Se separó de mis labios y nuestras narices se rozaban, nos mirábamos a los ojos mientras él seguía moviéndose en mi interior, nuestros gemidos se mezclaban y ambos sonreíamos sumergidos en el enorme placer que estábamos sintiendo, no existía nada más en ese momento, sólo él, yo y el fuego de la pasión. Sentí como llegaba al orgasmo y él me besó para callar el grito que emitiría, hizo los últimos movimientos y alcanzó el éxtasis total sin dejar de besarme. Nos abrazamos y sentí su pecho agitado en el mío.– Nadie te ha hecho vibrar como yo y nadie jamás podrá hacerlo, soy el único que conoce el mapa de tu cuerpo y sabe exactamente qué lugares tocar y cómo hacerlo– dijo mientras me abrazaba y acariciaba mi espalda.
– Lo sé, lo sé y me asusta– acepté avergonzado.
– No tienes nada que temer– respondió separándose sólo lo necesario para mirarme.
– Esto es una locura, Christopher.
– Sí, la más maravillosa que he cometido en toda mi vida.Puse mis manos en su rostro y lo besé delicadamente, él me correspondió de la misma manera, después de unos minutos nos separamos y comenzamos a vestirnos en silencio. Cuando iba a abrir la puerta él me jaló de un brazo haciéndome voltear.
– No permitas que te toque, por favor.
– Y tú prométeme que no la tocaras a ella.
– No estamos en la misma habitación, te repito que sólo somos amigos, en cambio, yo no podré dormir sabiendo que compartes la cama con él.
– Sólo será para dormir, lo prometo– le di un ligero beso y salí de ahí.Crucé lentamente la cocina y la sala sintiéndome en las nubes, jamás me imaginé que esta aventura fugaz y en verdad me asustaba lo que estaba sintiendo, al menos para mí estaba dejando de ser sólo sexo, mi corazón estaba por quebrantar completamente la tercera regla. Subí cuidadosamente las escaleras y al llegar al último escalón vi que Julieta salía de mi habitación.
– ¿Julieta? – exclamé mirándola desconcertado– ¿qué hacías en mi cuarto?
– Ay Joel, me asustaste, es que esa habitación es la que ocupo normalmente y como soy muy sensible para la luz, necesito dormir con antifaz y entré por el que siempre guardo en el cajón de la mesita de noche– aclaró y me lo enseñó –toqué la puerta y como nadie me contestó entré, pensé que Tom y tú habían salido a dar un paseo nocturno– agregó con una sonrisa pícara.
– ¿Tom no está en la recámara?– pregunté sorprendido.
– No, no hay nadie, ¿dónde estabas tú?
– Bajé a la cocina a tomarme una pastilla para el dolor de cabeza.
– Ah ok, buenas noches, que descanses, no, mejor diviértete– dijo de lo más divertida y vi como entraba a la habitación de enfrente.Entré a la mía y en efecto Tom no estaba en la cama, el pánico volvió a inundarme y mi corazón se aceleró al pensar en la posibilidad de que se hubiera dado cuenta de lo que yo estaba haciendo. Iba a tomar mi móvil para llamarlo cuando vi que salió del baño y al verme parado en mitad de la recámara se asustó y soltó su móvil que cayó sobre la alfombra, de inmediato se agachó para levantarlo.
– Joel, te tardaste una eternidad– dijo nervioso y dejó el aparato sobre la mesa de noche y se sentó en la cama.
– Salí a tomar aire para ver si me sentía mejor.
– ¿Y funcionó?– preguntó mientras se acostaba dándome la espalda.
– Sí, ya estoy bien.
– Hasta mañana, cariño, que descanses.
– Hasta mañana, Tom.Me acosté a su lado en la orilla de la cama y apagué la luz, no pude evitar sentirme mal por lo que había hecho con Christopher mientras mi novio estaba bajo el mismo techo, pero tampoco pude evitar sentir incertidumbre por la actitud de éste, ¿qué hacía hablando por teléfono en el baño?, si el reloj de la mesa de noche marcaba poco más de la una de la mañana.
Aún no despertaba por completo cuando sentí como acariciaban mi brazo y subían la manga de la pijama para deslizar sus dedos en mi hombro y moverlos en círculos, después bajaron por mi espalda y metieron la mano por debajo de la tela para acariciar mi cintura mientras sentía como pegaba su cuerpo al mío. Abrí los ojos al sentir que su mano bajaba más allá de la cintura y volteé para encararlo.
– Christopher, ¿qué rayos haces aquí?– exclamé atemorizado levantándome de la cama.
– Comprobando si eres capaz de cumplir con tu promesa– respondió en tono serio acostándose de lado y poniendo su cabeza sobre su mano cerrada.
– Estás loco, ¿cómo entras así nada más?, Tom puede estar en el baño.
– No te preocupes por él, salió a correr hace quince minutos.
– De todas maneras vete, Julieta sí está en la casa.
– Esa niña no se despierta antes de las once y apenas son las nueve de la mañana– dijo hincándose en la cama.
– Por favor, Christopher , no me hagas las cosas más difíciles.
– ¿Tú?, ¿difíciles?, ¿y yo cómo califico que no tienes voluntad para impedir que él te acaricie?– exclamó acercándose a mí que seguía de pie cerca de la cama.
–Christopher, estaba dormido, perdón si no tengo mucho control bajo ese estado.
– Sentí cuando te despertaste y no me detuviste– me tomó por la cintura y me hizo caer en la cama colocándose encima de mí– no quiero imaginarte entre sus brazos.
– Tonto, yo sabía perfectamente que eras tú, mi cuerpo te reconoce.Me sonrió encantadoramente, mientras sus ojos analizaban mi cara y me quitaba un mechón, para luego besarme apasionadamente, mientras su mano doblaba una de mis piernas y acariciaba la pantorrilla debajo del pantalón.
– Buenos días bebé– dijo sonriente en mis labios rozando su nariz con la mía.
– En serio que sí estás loco, ¿te caíste de niño y te golpeaste la cabeza?
– No, me la golpeó un hermoso desconocido la noche de un martes y él fue el que me hizo enloquecer– respondió mientras besaba mi cuello.
– ¿Así que estás loco por un desconocido?– pregunté sonriendo con los ojos cerrados, siguiéndole el juego.
– Sí, no sé que me ha hecho, creo que me embrujó– respondió lengüeteando el lóbulo de mi oreja mientras se abría paso para que nuestros sexos se rozaran.
– Deberías hacerte una limpieza para librarte del hechizo– dije acariciándole lentamente la espalda.
– No se me había ocurrido, gracias por el consejo.Volvió a besarme en los labios mientras mis manos jugaban con su cabello y movía mi pelvis acompasadamente con la suya. Bajó dando pequeños besos a mi cuello, yo jadeé acariciando el suyo.
– Christopher, ya basta– dije con un hilo de voz sintiendo como se elevaba mi temperatura– no podemos continuar con esto y menos aquí.
– Vamos a mi habitación, entonces.
– Por supuesto que no, Tom no tarda en regresar.
– Tenías que recordármelo– dijo molesto –está bien, por ahora lo dejaremos así.
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Tentación - Virgato 🔥 Primera Parte
FanfictionTres simples reglas a seguir: #1 No nombres. #2 No preguntas personales. #3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido da a Joel en su primer encuentro pero, ¿Para ambos será igual de simple seguirlas al pie de la letra? ❋Adaptac...