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Keyla Lewis.

Lunes, genial, odio los lunes. Aunque me guste mi trabajo hoy estaba en ese estado de estrés con aburrimiento y quería brincar, bailar, no sé cualquier cosa.

Además que no he dejado de pensar en hombre atractivo que conocí ayer en la cafetería.

Si, estoy sonriendo como idiota en este momento.

Ayer cuando llegué de la cafetería inmediatamente puse su nombre en google, no es como que suene desesperada sino que me pareció alguien bastante interesante y cabe destacar que muy atractivo.

Lo que encontré fueron muchas cosas y si que me sorprendí, dueño de Enterprise Davies y Una gran cadena de Hoteles, sobre su vida amorosa no encontré nada, según leí el se encargó de que solo se hable sobre sus negocios.

Cosas que hace alguien reservado y quizás muy mujeriego.

Mi celular, si es que se le puede llamar así, comienza a sonar, muchas personas me dirigen la mirada con un mal gesto, pues el ruidoso de mi celular le arruinó su lectura.

Hice una seña de disculpa y me dirigí hasta el baño, no se quien llama es desconocido.

— ¿Hola?— dije al contestar.

—Señorita Lewis.— Oh Dios mío, esa voz.

—¿si?— mis manos comenzaron a sudar y una sonrisa nerviosa salió de mis labios.— ¿Cómo ha conseguido mi número?— estaba sorprendida.

—Digamos que tengo un equipo de trabajo muy eficiente.— no sabía que responderle.

¿Acaso yo, Keyla llame la atención de este hombre? Porque no lo creo.

—Me gustaría verla algún día— volvió hablar.— ¿Puede?— ahora si era verdad que no sabía que responder x2.

—Puede ser que si— mordí mi labio inferior.

—Excelente, en unos minutos le enviaré un mensaje.— no me lo creo.— Que tenga feliz resto de la tarde ojos bonitos.— dicho esto colgó.

En el  restaurante del hotel Davies' que se encuentra en new york
,mañana a las 6:00 p.m.
               —Rowan Davies

Un pequeño grito de emoción salió de mí.

[...]

Había salido a las 4:00 p.m de la librería y ahora me encontraba como loca buscando una ropa que sea presentable y femenina!!

Luego de tanto buscar encontré que ponerme y de inmediato me comencé arreglar.

5:55 Tomo mi bolso y salgo para tomar un taxi.

Cuando llego reviso la hora y eran las 6:10
Aunque intento llegar a tiempo siempre termino llegando minutos tardes.

El mismo hombre que fue a buscarlo el día me hace seña para que lo siga, nunca había entrado a este lugar, me sorprendió un poco, todo era fino y elegante.

Como su dueño.

El señor me guió hasta el restaurante, habían muchas personas , cada quien estaba concentrado en su mesa pero hasta donde me guiaron habían unas pocas mesas, el ambiente era mas cálido y con una luz tenue.

El señor me señaló la mesa, y caminé hasta allí un poco nerviosa, el estaba ahí sentado revisando su celular.

—Disculpa la tardanza.— dije inmediatamente, este se levantó y me saludó.

Una sonrisa se extendió por sus labios.
— Descuida.— su mirada me examinó al igual que el primer día que me vió.— Estas muy bella, ojos lindos.— Dijo mientras me invitaba a sentarme.

—Gracias, usted tampoco se ve mal.— oh Dios mío estoy segura que en este momento estoy roja como un tómate.

—Llegué a pensar que no vendrías.—
Pensé muchas veces en venir pero perder la oportunidad de volverlo a ver me lo impidió. Keyla cálmate.

El tráfico estaba un tanto tedioso.— me expliqué.

Un mesero se acercó.— Sus platos ya están listos señor, ¿los traigo ya?— Rowan asintió a su dirección.

—He pedido por ti, espero que no te moleste.— Dijo. Si supiera que me ha salvado del incómodo momento de yo ni saber que carajos pedir.

—Esta bien, sorpréndeme.— Inconscientemente mordí mi labio.

—Te queda muy bien el rojo, creo que es tu color.— me guiñó un ojo.

¿Esto es real? ¿El es real?.

Un joven llegó y puso una gran cantidad de platos sobre la mesa.— Creo que quien terminará comiendo todo esto eres tú.— Solté una pequeña carcajada.

—¿Por qué?— preguntó un poco preocupado.— ¿No comes nada de esto?.—

—Si, me refiero a que es mucho.— El sonrío y me sirvió una copa de vino.

— Háblame de ti— Esta es la pregunta que me deja en blanco, siempre que me lo preguntan no sabia que responder.

—Nací en Texas, hace un tiempo vine a vivir a New York y trabajo en una librería.— dije.— No hay mucho de mí y sobre usted?—

—Vengo a New York de vez en cuando a resolver algunos negocios.— Su respuesta fue algo muy obvio.— ¿Y tienes alguna pareja?— Por poco me ahogo con el vino, su pregunta me tomó por sorpresa.

—N-no— respondí a lo que el sonrió.

Keyla.— me gustaba como pronunciaba mi nombre.— Ahora quiero que hablemos sobre algo.— Mi atención estaba toda puesta en él.— Y por favor vamos a tutearnos.— asentí aunque aveces se me olvidaba y solía tutearlo.

—D-Dime..— y en este momento fue donde todo comenzó.🥀

Lovers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora