Asesinato en el Pirineo

Escrito por: Laura Martinez i Mentuy

Comentario de la autora: Antes de nada quisiera decir que algunas de las cosas que se dicen en algun momento en la historia "podrian" ofender a alguien. Yo no pienso así, pero cuando escrivo me pongo en la piel de los personajes y pienso como son, como actuarian y hablarian. Despues a la hora de leer mi propia historia yo misma me sorprendo a veces de lo que llego a decir, por eso antes de que nadie me diga nada queria dejar esto claro.

Gracias y espero que disfruteis mucho de la historia :)

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Hoy, con el coche de las cuatro de la tarde, he llegado a mi destino. Se trata de un pequeño hostal, llamado Aude, situado en un pueblecito del Pirineo. Cansado de resolver misterios vengo a descansar aquí una semana, en este pueblo alejado donde nadie me conoce. En el folleto describían este lugar como un sitio tranquilo, situado en un pueblo perdido en medio de las montañas, para relajarse.  

Cuando he llegado me he encontrado con el, o mejor dicho con la, encargada de este sitio. Era una chica y para colmo joven, soltera. No entiendo como una chica puede llevar un negocio ella sola, es totalmente atípico. Como por suerte no llevaba mucho equipaje y la casa es pequeña, sin muchas escaleras, he podido llevar yo mismo mis maletas. 

En el hostal, aparte de mí, hay hospedadas tres personas más. Un matrimonio joven que, por lo que he oído de sus conversaciones, él se dedica al estudio de la fauna y la flora de todo el país, y ella es profesora. La otra es una señora mayor, soltera, parece ser que es muy famosa resolviendo crímenes y misterios. Se llama Miss Marple, nunca había oído hablar de ella. 

Era media tarde cuando yo me disponía a bajar al comedor para tomarme un chocolate caliente, ya que en esta época del año hace mucho frio en estas montañas, cuando oí un ruido sordo, como un golpe, y luego algo que se arrastraba. En principio no me extrañé, se le debía haber caído una caja a la propietaria, siendo tan enclenque no es de extrañar. Lo que sí me pareció un poco raro fue que tardara tanto en volver y que cuando lo hizo estaba jadeando como si hubiera hecho un gran esfuerzo o hubiera venido corriendo desde muy lejos. Una caja, por mucho que pesara, no causaría tal dificultad. Lo segundo que me extrañó fue que hubiera desaparecido la estatuilla que había en la entrada. 

Unos segundos después vi como bajaba Miss Marple por las escaleras que hacia un rato había dejado atrás. Mi intuición de detective me decía que mis vacaciones serían más complicadas de lo que me esperaba. 

-Buenas tardes, "bon ami"- dije a la chica- ¿Me podría poner un chocolate, por favor? 

-En seguida, señor Poirot. 

Después de entrar en calor y abrigarme bien, salí a dar una vuelta por el pueblo. Todo era muy bonito, el aire era puro y la gente parecía ser de lo más simpática. Después de un rato, cuando ya empezaba a oscurecer y el frio apuraba, decidí volver a Aude. Cuando entré, el bar, estaba lleno de gente. Unos bebían, otros jugaban a cartas y hasta había quienes hacían las dos cosas a la vez. También estaban allí el matrimonio joven y Miss Marple. 

Me acerqué a la mesa donde jugaban a cartas, se oía una conversación preocupante. 

-¿Habéis visto a Remigio? - Decía uno. 

-No desde esta tarde, cuando ha venido a dejar las cartas.- Respondía el otro. 

En el momento que creí que ya había oído hablar suficiente decidí interrumpir. 

-"Pardon, messieurs". ¿Podría preguntar de qué hablan? 

Antes de poder recibir ninguna respuesta las luces se apagaron, por las ventanas se podía ver la ventisca de nieve que había fuera. Un grito de un hombre seguido por el de una mujer surgió en la oscuridad. Cuando volvió la luz el hombre que se hospedaba en la habitación junto a la mía estaba muerto, le habían clavado un abrecartas en el cuello. Su mujer estaba a su lado llorando y chillando descontroladamente.