Cap. 4 -. Es por mi

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Estaba sola en la habitación del hospital, la policía arresto a Seiya según supe, no quería hablar con nadie pero los agentes llegaron para interrogarme, les dije todo, conté mi historia aunque cada palabra dolía aún más que la anterior, ellos se mostraron comprensivos y molestos por todo lo que había tenido que vivir.

-. No se preocupe, le prometo que ese hombre recibirá el castigo adecuado, es usted una mujer muy valiente. — el agente se despidió de mi y salió de la habitación.

Momentos después llegó Mina, al verla me arroje a sus brazos y lloré como niña mientras ella solo me abrazaba y acariciaba mi espalda, ella no decía nada pero sé que sabía perfectamente lo que había pasado, agradecí su silencio por un momento, yo solo quería llorar y desahogarme.

-. ¿Porque no me lo dijiste? — pregunto apartando de mi rostro un mechón de mi cabello.

-. Tuve miedo... — dije bajando la mirada.

-. ¿Miedo a que amiga? ¿Acaso te amenazó?

-. No; tuve miedo a perderlo si decía algo, crei que seguía enamorada pero ahora veo que no es así y desafortunadamente ya es muy tarde — la voz se me quebró al pronunciar las últimas palabras.

-. Amiga velo de esta forma, la vida sigue y siempre hay una razón para todas las cosas que pasan, debes seguir adelante, por ti, por ese bebé que pudo ser pero no fue, piensa que puede ser un paso que debas dar para salir adelante.

-. Solo quiero irme a casa, el departamento lo voy a vender, era de mis padres pero no puedo poner un pie ahí, solo quiero tomarme un tiempo.

-. Tomate el tiempo que decees — Andrew entro y me miró consternado, se acercó a mí y me envolvió con sus brazos.

-. ¿En serio? ¿Podrías apoyarme? — pregunté dudosa.

-. Claro que sí, hace dos años que no Tomás vacaciones, por derecho te corresponden, haré todos los arreglos, por favor no te preocupes.

-. Les agradezco tanto que estén aquí conmigo, pero si no les importa quisiera descansar, todo esto es demaciado agobiante. — era la verdad, solo quería estar sola, llorar mis penas sin que nadie me mirara con lastima, yo ya sentía lastima por mi y era suficiente.

Me dieron de alta al día siguiente, Andrew corrió con los gastos del hospital y se lo agradecí grandemente, Mina empacó algunas de mis cosas y las llevo a un apartamento en su edificio, días después entre los tres cambiamos todas las cosas.

Tuve que ir a la policía para identificar a mi agresor, me dijeron que solo eran cuestiones técnicas pero el ver a Seiya me hizo mal, estaba tan mal, se veía hecho mierda tal y como yo aún me sentía por dentro, me preguntaron si quería decirle algo y acenti.

Nos pusieron en un cuarto y a él lo esposaron, bajo la mirada evitando la mía, se notaba su incomodidad ante mi presencia y yo me sentía igual pero era un capítulo de mi vida que tenía que cerrar.

-. Serena... No sé qué decir... — comento dejando escapar sus lágrimas.

-. Yo sí... Aquella noche que decidiste desquitar conmigo tus frustraciones, ese día recién había descubierto que estaba... — trague saliva — ... Estaba embarazada...

Seiya rápidamente levantó la mirada, unos segundos después tomo su cabeza con las manos y se derrumbó en un mar de llanto, no es que me diera gusto verlo así pero... Quería que sintiera un poquito del dolor que yo estaba viviendo, porque aunque ya pasaron los días aún me duele sentir mi vientre vacío.

-. ¡Te estaba engañando! Por eso me comportaba así, llegaba ebrio porque cada vez que te engañaba me sentía mal, me sentía miserable, pero no podía evitarlo, esa mujer me tenía echizado, creo que desquitaba contigo la furia y el enojo que sentía por mi, Serena jamás voy a dejar de pedirte perdón por lo que hice, te lastime y tú... Eres una gran mujer.

-. Ya no digas más, nada de lo que digas va a resolver lo que pasó, nada de lo que digas va a traer a mi bebé de vuelta. Solo quería decirte adiós, tus cosas están en una bodega, vendí el apartamento, las llaves las dejaré aquí en tus cosas y cuando salgas te las darán, solo te pido que jamás vuelvas a buscarme.

-. No lo hare, te lo prometo...

Salí de ese lugar sintiéndome miserable, crei que tal vez aquello me haría sentir mejor pero no, me sentía peor que antes, camine a casa, me di cuenta que aquel parque que Darién me recomendó estaba cerca, camine a ese lugar y por suerte aquella banca estaba libre.

Me senté y recosté mi cabeza en el respaldo, mis ojos se cristalizaron, no pude evitarlo y deje escapar esas lágrimas que demandaban salir.

Alguien llegó y se sentó a mi lado, era Darién, me miró y sacó un pañuelo de su bolsa, pensé que esas cosas ya no existían pero veo que me equivoqué, con delicadeza limpio las lágrimas de mis ojos, me miró con aquellos grandes ojos y yo solo guarde silencio.

-. Hola de nuevo... — dijo sonriendo.

-. Hola Darién; ¿cómo estás? — pregunté tratando de disimular.

-. Creo que mejor que tú, ¿que sucede?

-. No puedo explicarlo pero le conté todo, sentí que podía decirle cualquier cosa, solo le dije — y eso es todo, no hay más que decir.

-. Ya veo, discúlpame por preguntar yo... Soy un tonto.

-. No; no te preocupes, creo que de alguna forma me sirve el desahogarme, solo que ya no quiero hablar más del asunto.

-. Sí claro no te preocupes, dime; ¿terminaste el libro? — pregunto sonriendo.

-. No, aún no pero te prometo que lo haré, cuéntame de ti.

-. A pues yo, tengo 25 años, estoy terminando la carrera de medicina, trabajo en la librería medio tiempo, mis padres murieron cuando yo era muy pequeño, desde siempre me eh válido por mi mismo, emm me gusta leer, escuchar música y salir a caminar ¿y tú?

-. Bueno creo que no hay mucho que contar, digo lo que te conté habla por sí solo no crees.

-. Darién sonrió — no, debe haber algo más que no me has dicho, algo que aún no conoces de ti misma.

-. ¿A qué te refieres con eso? Me conozco bien, no sé porque dices eso. — conteste a la defensiva.

-. Calma... Solo era una pregunta.

-. Pues ya basta de preguntas, solo quiero estar tranquila, quiero olvidar mi vida.

-. Lo siento no quería hacerte enojar. — Darién se sintió mal.

-. Creo... Creo que mejor me voy, nos vemos Darién, cuídate. — me levanté bruscamente y me aleje.

Me sentía cansada de dar explicaciones de mi vida y me molestaba que todos me dijeran que las cosas estarían bien, que aún había mucho por vivir, nadie sabe lo que sufro, nadie sabe lo que yo siento ahora solo deseo llegar a casa.

El Amor es... tu y yo juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora