Capítulo 3; enemistades.

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Entonces...¿quieres ser mi novia?

Las palabras salieron dudas de la boca de Ladybug, Queen Bee se puso helada ante eso.

—Yo, yo...¡yo no qué quiero!

—Chloé, ¡Chloé

Gritaba Sabrina, nuevamente su amiga se había quedado pensando tanto en algo que no prestaba atención a lo que ella decía.

—¿Qué quieres, Sabrina?
Preguntó rodando los ojos.

—Yo no, pero nuestra maestra sí... — respondió bajito, antes de darse cuenta que Miss Bustier observaba algo enfadada a Chloé, llevaba rato diciendo su nombre.

—Chloé, ¿puedes leer la página siguiente?

Pidió la maestra con una tranquila voz.
La clase terminó y era hora del descanso, estaban todos saliendo, a excepción de Chloé quien aún no terminaba de guardar sus cosas, cosa que su maestra aprovechó.

—Chloé, ¿podría hablar un momento contigo?

La rubia asintió, al final de todo, podía confiar en Caline, le tenía mucho respeto y no todos podían presumir de ello.

—Te he notado en las nubes, corazón, no has estado prestando atención.

Aún así, la hija del alcalde jamás prestaba atención, era su mejor amiga quien le hacía todos los trabajos.

—Yo, eh, sí, he estado perfectamente bien, obvio— respondió intentando imitar su mismo tono egocéntrico de siempre, pero no le salió tan bien como quería.

—Chloé...

—Bien— suspiró rendida —es sólo que herí a alguien que quiero mucho sin intención, y esa persona me hirió a mi pero con todo el propósito — bajó la mirada, a lo que Bustier respondió acercándose un poco a ella.

—¿Hiciste algo para intentar arreglar tu error?

—Pedí disculpas, pero ni siquiera eso funcionó.

—¿Y no piensas volver a hablar con esa persona?

—Tengo qué, la veo casi diario, así que, debemos lidiar con la incomodidad.

—¡Vamos Chloé, Adrien está junto a Marinette!— gritó Sabrina desde la puerta.

—Me están hablando...

La maestra puso una mano sobre el hombro de la rubia y le mostró su más compasiva sonrisa antes de que se fuera, para de alguna manera demostrarle su apoyo.

A la reina de París ya no le importaba si Marinette estaba o no con Adrien, a Adrien lo consideraba ahora su mejor amigo, y era todo.
No podía dejar de pensar en su amada Ladybug.

Para subir su ánimo, pensaba de todas maneras arruinarle el momento a su enemiga.

—Marinette Dupain-Cheng— llegó diciendo su nombre remarcando cada palabra —la mesa de los perdedores está allá, con Alya y el otro chico que no sé su nombre.

—Nino, su nombre es Nino— salió Adrien a defender —y no creo que sean unos perdedores Chloé, son igual que nosotros.

—¿Igual que nosotros? No me hagas reír Adrikins, tú y yo estamos a un nivel superior que todos ellos, sobretodo de la panadera.

—Quizá tengas más dinero Chloé, pero no estoy tan muerta por dentro como tú.

Tras eso, la peliazul se retiró enojada, Adrien estuvo por detenerla pero Chloé se lo impidió.

—Dejala, estamos mejor sin ella.

—¿Por qué la tratas así? Ella no te hizo nada, recuerda la promesa que hicimos.

Era cierto, aún recordaba que había prometido que sería más buena aunque a veces le costaba demostrarlo.

Hard Feelings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora