Hola:) Aquí teneis el siguiente capítuloooo!
Espero que os agrade;) <3
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No logro olvidarte.
Clarck y Yannick no paraban de tirarse miradas cargadas de veneno, haciendo que me cansara con tan solo mirarlos. Era agoviante ese aura que había, todos estabamos muy tensos menos el prometido de mi madre y mi madre, que sonreia y hablaban por los codos, sin siquiera percibir todo el ambiente que había en su alrededor.
-Porque hay este ambiente tan pesado?-pense toda desesperada, así que quise romper el hielo.- Yo... como te ha ido el viaje?- le pregunte a Clarck, sonriendo de lado.
-Muy bien, y tu?
-Bien... -y nos adentremos en otro incomodo silencio, haciendo que la carne se me pusiera de gallina y los pelos de la nuca se me arizaran sin más.
Al cabo de tres minutos en un incomodo silencio por parte de Yannick, Clarck y mía, vino el camarero, vestido con una elegante americana negra, dejando ver una camisa de color blanca y unos pantalones negros haciendo juego con la americana, y nos atendió.
-Hola señoras y señores, aquí tienen la carta -dijo cordialmente y esperando que escojieramos para poder cojer apuntes. Por el rabillo del ojo pude ver a Yannick, que miraba freneticamente los menús y la comida que preparaban, hasta llegar a la carne, haciendo que se me erizara los bellos de la mano, haciendo que él lo notara y me dijera inaudiblemente.
-Tranquila, que no voy a pedir carne cruda.-dijo sonriendo.- Estate tranquila, vale?
-Vale... pero... porque os mirabais así?-dije dubitativamente.
-Púes... por nada pequeña -dijo tocandome la cabeza suavemente, haciendo que Clarck se pusiera furioso por el solo tacto que hacía él en mi, diciendo indirectamente.
-Yo quiero carne fresca, para poderla ir cocinando lentamente hasta llegar a dañar sus preciados tejidos. -dijo con una llama de odio en su mirada, haciendome bajar la mirada y haciendo que las mejillas se me tiñeran de un intenso color rojo.
-Que...? -dijo el camarero tensando los musculos y estando intimidado por la frase, hasta que Clarck lo relajo con dos simples palabras.
-Era broma -dijo sonriendo y pidiendo el pedido, haciendo que despues desviara la mirada que estaba puesta en el pobre camarero sobre Yannick, diciendo con su mirada llena de veneno que no era ninguna broma y que era para él todo.
Cuando acabemos de pedir la comida y todo, empezemos ha hablar sobre la boda de el padre de mi profesor y mi madre, que estaba super contenta y no se aguantaba derecha.
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Estabamos en la boda, yo sentada en primera fila y viendo a mi madre con un hermoso vestido blanco, caminando lentamente por una larga alfombra roja, se le veía espectacular, de golpe mis ojos se empezaron a humedecer y pequeñas lagrimas recorrian mi pequeño rostro, una mano cojio la mía y me la apreto, me giré un poco y pude ver esos ojos azules como el oceano mirandome a los ojos, haciendome olvidar de todo, hasta que algo me saco de mi trance. Mi madre ya había llegado en el altar, donde lo esperaba su futuro marido, con un traje negro muy bonito, Clarck al verme tan triste me dijo en la oreja, con su melodiosa voz y su dulçe aliento.
-Sabes porque la mujer viste de blanco y el hombre de negro? -preguntó, con una sonrisa socarrona.
-No, dime -le dije toda confusa.
