|59|

175 30 0
                                    

—¿y como te sientes estando aquí?—pregunto el albino hacia la morada quien ya paso el pastelillo por su garganta y miro al erizo de una forma seria.

—aburrido. Es muy aburrido estar aqui sin hacer nada—se quejó la gata.

—se que no puedes hacer nada pero ese es el punto. Estas lastimada, tus brazos aun te duelen, tienes la pierna enyesada, pero por suerte no tuviste ningún golpe en la cabeza...

—eso es un alivio—término la gata a lo que iba a decir el albino. Suspiro y miro el techo—se que necesito descansar pero no estoy acostumbrada a estar en un solo lugar, es decir, yo siempre ando haciendo algo aparte de ser la delegada.

—si blaze pero por ahora necesitas descansar para recuperarte—dijo el albino acariciando la mejilla de la morada quien sintió sus mejillas rojas.—ya veras que dentro de poco saldrás de aquí—dijo el albino con una sonrisa.

La gata le regreso la sonrisa—eso espero, quiero estar afuera aunque estaré en silla de de ruedas.—se río un poco la gata y miro su pierna enyesada.

—yo estaré contigo cuando necesites algo.

—¿q-que?—pregunto la gata nerviosa al escuchar eso.

—dije que estaré contigo.

—e-espera, ¿estas diciendo que...?

—yo cuidare de tí—dijo el albino—para que ten de alta necesitan que alguien firme diciendo que cuidara de tí y ese alguien seré yo—dijo señalando se e inflando su pecho.

—p-pero no quiero molestarte.

—¿molestarme? Eso nunca. Yo cuidare de tí, yo estoy decidiendo esto—agarra las manos de la oji-dorado.—yo quiero cuidarte—dijo levantando las cejas y sonriendo dulcemente.

No sabia que decir. No pensó que su amigo el albino decidiera cuidar de ella pero ahí estaba, con esa decisión y sonriéndole.

Quería negarse, no queria ser una molestia para el albino pero este ya había decidió. ella, entre pequeñas quejas, acepto.

Tal vez estar con el oji-miel no sea tan malo.

Y para el oji-miel había pensado que serviria para conocerla bien.

¡Oye Pinky! 我爱你 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora