Tú, como diosa en pleno vuelo, bajo la corriente de criaturas, ¿ A dónde vas? Entre palabras perdidas, desnúdate y hazte ceniza en mi cuerpo. Tú que me miras como noche y en un breve instante las nubes derraman piedras porque somos labios en el abismo de la ventana de nuestros deseos. Tú, tú. Yo, sin dudas soy la sonrisa en el balcón hacia ti. Dices día y hay otro desierto que buscar.
A través de tu mirada y tu silencio
Respiro rosas rojas y amarillas que vienen hacia mí, palomas que lloran lágrimas de rosas blancas a través de tu mirada y tu silencio. Noches derramadas en colores, verdades hechas perro persiguen la realidad convertida en mariposas, desde que te extraño, desde que los días huyen como cebras para que mis palabras no lleguen a ti. Tu orgullo es el ajedrez donde soy el peón derribado. A través de tu mirada y tu silencio me convertiste en estatua transparente, delante de ti. Y aún así, los pétalos siguen cayendo.
No me quita el sueño
No me quita el sueño las horas que pintan el cielo de rojo, los relojes que se crean aves volando hacia el mar. Tú con tu pose de niña orgullosa adorna la luna de luciérnagas apagadas en silencio. Todo eso y tú no me quitan el sueño. No me quita el sueño el haber sufrido tanto trás de ti, como lluvia en cada contén. Las hormigas se llevaron todos los colores, uno a uno, dejándome en blanco y negro. Y tú ya no eres aquella flor blanca que crece de colores en el mar que se aleja de mí. Me quitaste el sueño una vez y ahora sólo quedan recuerdos que se escapan del zafacón.
Tus palabras
Tus palabras me traspasan llevándose mi respiración entre sus versos. Me derriten como el sol a la carretera de plata. Tus palabras me besan con el ruido del viento. Me hablas y los ríos se desvían y caen en los mares del corazón, y sube hacia los ojos que te hacen ver la reina de mi mundo. Me hablas y te vas introduciendo entre mis ojos, y me quedo ciego por la luz de tu amor. Tus palabras me llevan por un jardín de palabras, que florece como nubes, en el cielo, blanco y puro. Cuando me hablas, me conduces por un bosque de palabras blancas que vuelan por los ríos de mis pensamientos.
Tumba fría y ausente
Levanté mi copa y brindé contigo estando ausente. Bebí tú olor, las mañanas que se ocultaban en el cause de tu cuerpo. Tus palabras hechas sed acorralaban mis labios. Quedé mudo, escrito en el mar. Tú o yo nada somos hechos canciones y cantándolas con las miradas. Nada eres. Nada soy. Allá o aquí no importa, soledad es todo lo que nos une al viento paralizado, sin amar lo que soy, sin querer tu mundo de hojas caídas, y me pierdo en mí mismo. ¿ A caso soy loco? Hombre, niño, aquel que muere frente a mí, y todavía no muero ni nazco, esperando sin cuerpo tu amanecer. Guardo tu reflejo y tus versos en mí porque soy aquella tumba fría y ausente donde tus recuerdos florecen.
Derrámate en mí
Nada ha cambiado desde aquel momento, desde aquel momento que los amores se hicieron aves sin alas en el viento. Todo es soledad. Todo es poesía escrita en pétalos de rosas marchitas, derramando olores que nunca fueron. Y aún así sigo en ti. Como lluvia lloviendo gotas de cielo. Y aún así sigo en ti, como noches, como escritura, como mar, como yo, enamorado, buscando una salida para que me mires hecho polvo en tu respirar. Derrámate en mi piel como si fuese la luna derramándose en el bosque, y así el río será más río. Y no caerán las montañas vestidas de ángeles en este silencio.
Destino
No sé si odiarte o convertirme en ausencia. No sé si al sur de la noche estás tú. Soy el miedo que crece en cada lágrima entre la impotencia y los labios. Soy el corazón que florece atardeceres en ciudades que ya no existen, miradas hacia adentro que le sonríen al otro yo, al otro destino. Palabras en tu oído y acaso te llueves en ternura, en las huellas y en la distancia donde se crearon los rencores que hoy yacen caminando en mi carne. ¿ Dónde estás? ¿ Dónde está tu reflejo? En qué se ha convertido la que conocí? Despierto hacia otra mañana sin nombre la otra que eres.
Escóndete
Escóndete en el polvo donde las alas de mi amor no te encuentren
Porque puse mi corazón en tus manos
Y los desmoronaste como un niño desmorona a un guijarro y lo convierte en pedazos de cristal
Lo tira al fondo del mar
Y ahí perece
Escóndete en el odio de mis pensamientos y refúriate en la ternura de mi amor
Escóndete en la lluvia de mis ojos
Porque te puedo convertir en oscuridad.Déjame hacer tus ojos
Déjame hacer tu pelo con el brillo de mis ojos
Hacer tus ojos con el anhelo de mi corazón
Déjame hacer tus labios con el algodón de las nubes
Déjame hacer tu cuerpo con el barro de mi amor
Lavar el aire de tu aliento con el agua de mis ojos
Tenerte como el gato tiene la luna en sus ojos.
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EL CORAZÓN QUE FLORECE
PoetryEn éste libros encontrarán un sin números de poemas de amor y desamor. Disfrútenlos. Deuri Lara.