Cap. 1: Olhando de frente

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Ha sido una mañana difícil, recuerdo haber fumado mucho a pesar de que prometí alejarme de ese vicio, pero como decía mi abuela: "en tiempos de dificultad la circunstancia dictará el accionar". Debo haber dormido solo un par de horas, resistiéndome a la maldita paradoja de dormir para que lo de anoche fuese un sueño o no dormir para no enfrentar el día siguiente, no tengo ánimos de ir a mi trabajo... ella lo era todo.

Anoche antes de salir de mi trabajo ella me llamó, la noté rara, diciendo que quería un chocolate y que me amaba. Sin dudarlo se lo compré y tomé un taxi a su casa para abrazarla, y sentirla reponer mis energías. Faltaba una cuadra cuando la vi fumando bajo el pórtico de su reja, la luz del poste parpadeaba de forma intermitente, algo andaba mal, la besé, me besó y nos hundimos en un abrazo de necesidad mutua... ella lo era todo.

Recuerdo que me invitó a tomar onces, percibí que me quería decir algo y que ella no sabía como hacerlo, le pregunté si sucedía algo y me respondió que nada, ahí cambió el tema para contarme de su día, de la señora "María" que otra vez volvió a su consulta porque tenía una crisis "existencialista nihilista" y de que encontró una nueva tienda de perfumes en la que había encontrado el que le regalé para nuestro aniversario, mientras ella hablaba yo me perdía en sus ojazos que amaba tanto... ella lo era todo.

Yo le conté mi día, mis problemas para poder separar mi función como el tipo que tiene que despedir a los trabajadores de mi dimensión humana, ella bajaba su mirada como tratando de esbozar una palabra, hasta que sonó mi teléfono. Mis amigos habían hablado para que fuéramos a ver a una amiga a la que se le había fallecido su madre, ella tomó mi celular leyendo el mensaje, su mirada cambió a un tono oscuro, sus ojos ya no brillaban, tomó su teléfono y escribió un mensaje diciendo: "esto se acabó", pero ella... ella lo era todo.

La conversación se tornó en una discusión de reproches hacia mí, yo no podía pensar respuesta alguna mi mente y mi corazón buscaban entender las razones de su mensaje. Dijo tantas cosas, tantas que sonaron a escusas baratas, así que la interrumpí.

- ¿Es en serio? ¿Realmente crees que soy tan tonto como para no darme cuenta que buscaste todo este rato escusas? - le dije mirándola a sus ojos vacíos.

- No es una escusa, tu te quieres ir a juntar con esa perra. - respondió encendiendo un cigarro.

- Lo dices por el mensaje, Lucy es mi mejor amiga, fuiste conmigo al funeral de su madre. ¿Por qué no me dices de una vez lo que está pasando? Con la verdad, en honor a los nueve años que llevamos juntos. - la increpé desesperado, temiendo que me dijera lo peor.

- No lo sé David, no lo sé. Creo que ya no puedo confiar en ti y esto no puede seguir así. - me dijo mientras encendía otro cigarro, nunca la había visto fumar tanto.

- ¡Déjate de esa mierda y guardala para alguien que no te conozca Alejandra! Dime ¿es por otro? ¿conociste a otra persona? - le di la oportunidad de me dijera la verdad, aunque me rompiera en pedazos lo cruda que pudiera ser.

- ¡Jamás haría eso! No soy una cualquiera, solo vete, ya no quiero seguir hablando, esto me hace mal, gracias por tantos años. - me dijo apagando su cigarro y cerrando la puerta de su casa.

El camino a mi casa fue extraño, no sé  cómo pude volver si no podía pensar en otra cosa que preguntarme el qué había pasado con ella. Recordé tantas veces que conversamos nuestros proyectos de llegar hasta viejos juntos, de formar una vida al lado del otro y todos estos sueños se estaban volviendo polvo. Al llegar a mi casa le escribí mensajes haciendo lo posible para que reconsiderara su decisión, pero mis esfuerzos fueron estériles, me bloqueó de sus redes sociales, esto era en serio... y ella, ella lo era todo.

Pensé mucho durante la noche, me desconecté de todo, sólo podía pensar en ella, pensé qué hubiera pasado si ese mensaje no hubiera llegado. Mi mente, en cosa de segundos, se habia transformado en una vorágine de sentimientos y pensando me dormí... pensando en que ella era todo.

Hoy desperté sin ganas, miraba mi teléfono con la esperanza de tener un mensaje de ella pidiendo que habláramos, pero no había nada. Con el avance de la mañana he tenido que contarle a mis amigos lo sucedido para no tener que volverlo a repetir, mi prima me habló y me preguntó sobre ella, me dijo que la "sicopatearía" para saber en qué esta. Fue en eso que decidí contarles esto, mi teléfono esta sonando, es mi prima, dice que quiere que la deje de esperar, yo le pregunto el por qué, mi prima responde que Alejandra no merece nada de mí, me carga que la gente no sea clara, he esperado unos minutos tengo un mensaje multimedia de mi prima, el archivo adjunto es una foto, una foto de la red social de mi Alejandra, de mi Alejandra besándose con otro. Ni siquiera pudo esperar un día, me mintió, me traicionó.

Ella lo era todo y ya no es nada.

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