Las brisa acaricia mi rostro, haciendo que llegue a mi ese olorcito a primavera que tantos recuerdos me trae, que pronto me hace sentir en casa y me da ese bienestar en el pecho. El solcito entibia mis manos frias luego de un invierno devastador, haciendo que se vuelvan mas suaves al tacto, más cálidas. Siento mis pies sobre la tierra humeda, avisándome que no estoy soñando, que esto es real. Y después estas vos, ahí sentado, mirándome así como la primera vez, tan lleno de confianza y paz, tan lleno de amor para dar. Y justo en ese momento, me doy cuenta... No necesito mas.