Paris frunció el ceño cuando vio dos de los amigos de Thiago acercarse. ¿Acaso los había mandado para hacerle quedar mal ante Alexander?
El miró a su amigo y sonrió al ver como no dejaba de parlotear acerca de la sorpresa que habían estado planeando para su novia. Isabela.
Iban a cumplir tres años el próximo sábado, y Alex quería darle una gran sorpresa, por lo que había pedido la ayuda de Paris.
Se preparó para lo peor cuando los dos chicos terminaron de acercarse.
-Hey-. Saludó el más alto de los dos-. ¿Podemos sentarnos con ustedes?
Alexander se volteó para mirarlos y luego le echó un vistazo a Paris.
-¿Amigos?
-No precisamente-. Respondió este cruzándose de brazos-.
-¡Venimos en son de paz, amigo!-. Comentó el más pequeño antes de tomar asiento al lado de Paris-. Yo solo vengo a decirte que ese Pae era de dioses. Me enamore.
La tensión se evaporo rápidamente del cuerpo Paris y este miró al más alto, pidiéndole con la mirada que tomara asiento también.
Al parecer ese chico- Cuyo nombre era Mateo- era un gran fanático de su amigo. Y rápidamente vio como los dos se vieron involucrados en lo que al él le parecía una aburrida plática sobre videojuegos.
Mientras que él que estaba a su lado- Dan- no paraba de rogarle a Paris para que le diera clases de cocina.
-Pero puede que si te enseño, revele mis secretos-. Comentó Paris-.
-¿Cuál secreto? ¿Qué te pones un delantal floreado? ¿O que escuchas a lady gaga mientras cocinas?-. Preguntó burlón-. Mira que esas son cosas que ya me suponía.
Paris decidió en ese momento que él chico le agradaba. Ese toque sarcástico y entrometido le gustaba mucho.
-Idiota-. Respondió Paris sonriente-. Tienes suerte de estar cayéndome muy bien, sino fuera así, ya tuvieras tus bolas pateadas.