[Las leyendas son ciertas]

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María

- Y...¿obligada o por voluntad?... - Preguntó una voz graciosa, externa a mis pensamientos.

Es extraño como pueden pasar horas, días e incluso años cuando no le prestas demasiada atención a lo que pasa en tu entorno.
No sabía en que momento pasé de sollozar en una habitación vacía a estar en un carruaje a mitad del bosque.

- ¿Eh?

- Me refiero a ¿Porqué vienes a este tonto y estirado reclusorio de cuarta? - dijo con un tono muy interesado.

- Ah...obligada, supongo. Soy tan inútil que ni siquiera se cocer un botón...- no tenia muchas ansias de hablar de mi. Realmente, lo unico que quería hacer era olvidar a donde iba y como terminaría.- ~ah...toda mi vida...mi madre, mi abuela e incluso mis tías son quienes se encargaban de administrar el negocio familiar así que...no tuvieron tiempo para enseñarme como ser una buena esposa... Patético, ¿no lo crees?

Un silencio algo incómodo por parte del conductor no me sorprendió.

Después de todo, ¿qué respuesta puedes esperar, por una actitud de prisionera solitaria?

- Bueno...soy alguien de pensamiento libre, es decir, ¿qué importa si no puedes encargarte de labores domésticas como limpiar o...cocinar? Puedes tener muchas otras habilidades más útiles que limpiar cacas de bebés ¡eugh!

Su comentario me reconfortó pues había mucha verdad en el.

Por primera vez en mucho tiempo, reí

- ¡Jajajajajaja! Algo me dice que no estás casado, ¿cierto?

- ¿Un chico que conduce niñas inocentes a una prisión religiosa como favor para su tía Simona? No lo sé, tú dímelo.

¡Rayos! Acabo de pisar territorio prohibido.

- Lo siento...

- Descuida no es como que me emocione la idea de casarme, aunque contigo son...9 chicas a favor de Wasabi ¡Maldición!...-dijo mientras hacía cuentas en una pequeña libreta. Me sorprendió un poco el comentario.

¿9 chicas?,¿No es algo reducido para un internado?

- Uh...¿chicas de donde? Y ahm, sino te molesta...¿Quién es Wasabi?

- Ahh, nadie importante, es el otro conductor del internado. Hice una apuesta con él y...ahhh, ¿conoces algún lugar en donde vendan baratas la gorditas de chicharron?- Okey, con ESTO me sorprende que parezca un ciudadano legal; con su madurez mental estoy segura que se rebajaría al nivel de mi hermanito sólo para ganar una discusión.

- ¡¿De que estas hablando?! ¡Dios bendito! - Me carcajee hasta que el estómago empezó a dolerme y el aire me hacía falta en los pulmones.

- ¡¿Que?! El estomago de ese hombre no tiene fondo. ¡Deberias verlo tragando de los sopesitos que prepara Leonor!- dijo haciendo un ademán con la mano. Como si estuviera comiendo sin parar.

Reí con mas fuerza esta vez, ganandome unos ojos curiosos, rapidamente la sangre de me subio a las mejillas. - Lo siento, ahm...- hice una señal de desconocer su nombre mientras recuperaba el aire.

- Fred, ¿Y tú eres?...

- María y...lo siento Fred, es mi primera vez en este lado de la República y yo- un fuerte ruido pasando un bache me detuvo.

El brusco cambio de comportamiento del corcel me puso los pelos de punta, algo no estaba bien.

- Demonios, otra vez...- Oí maldecir a Fred, tratando de hacer que el caballo se calmara.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2019 ⏰

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