Unreal Fairies I

Prólogo.

Estaba cansada de luchar, mis heridas no dejaban de sangrar y no podría aguantar mucho tiempo mas peleando contra él. Tenia que hacerlo, no podía dejar que le hiciese daño a mi pequeño hermano, el apenas sabia que pasaba y no podía dejar que sufriese lo que yo pase todo este tiempo.

Aquella bestia pareció leer mis pensamientos y me enseñó una horrible sonrisa macabra. Se paró y se dirigió hacia Marcus el cual estaba escondido atrás de uno de nuestros muebles.

-No! -grité -Déjalo por favor, el no tiene la culpa de esto, solo es un niño.

-¿El también es de tu sangre no?. Podría ser un gran aliado a mi lado -respondió.

Lo sabia, pero no quería que el sea parte de esta trágica vida de la cual mis padres no pudieron evitar que yo sea parte. El merecía ser feliz.

-Llevame a mí, Shewdrius -propuse -estaré a tu servicio y haré lo que me digas pero por favor déjalo.

-Oh, vaya propuesta inesperada. -volvió a sonreír y eso me espantó -Bueno, es un trato, tú por el niño.

Aquellas palabras me aliviaron, esto iba a ser difícil pero lo aguantaría por Marcus.

-¿Hermana? -sollozó mi hermano -no te vayas por favor.

-Tranquilo Marqui, todo va a estar bien -respondí sonriendo -Prometo volver a verte.

-Ya terminaste de despedirte? -dijo Shewdrius sarcástico.

-Una cosa más -respondí mientras invoca magia en secreto y la depositaba al lado de Marcus sin que se diese cuenta.

Le di una foto de nuestra familia para que pueda recordarme.

-Vamos -me levanté y me dirigí hacia Shewdrius mientras el abría un portal hacia su mundo.

Esto iba a ser difícil pero necesario, en algún momento podría volver a verlo sin que el se de cuenta.

Pensé en todo lo que había pasado con el mientras era teletransportada, desde niños cuando jugábamos, sabia con seguridad que volvería a verlo.

Le dediqué una ultima sonrisa antes de detonar la magia a su lado eliminando todos sus recuerdos de mí y de este horrible mundo..