NUEVE

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En cuanto salí camine un poco hasta llegar a la esquina de la cuadra y poder tomar un taxi, en cuanto se estaciono subí en el y le di la dirección de mi destino próximo, el chofer en seguida se puso en marcha.

Habían pasado ya unos 20 minutos y yo ya habia llegado al centro comercial, me baje del auto, me acerque a la ventanilla de la parte delantera y le pague al taxista, le agradecí y el solo me sonrio y arranco de nuevo y se fue.

Mientras tanto todavía faltaban un par de minutos para que llegara la hora en la que Ania y yo nos viéramos en donde habíamos acordado, entonces di un par de vueltas por algunas tiendas, solo veía ya que quería comprar cosas con Ania, y yo realmente ya me conosco, comienzo a comprar cosas y no paro hasta gastarme el dinero casi por completo.

Rato despues decidí irme ya a la fuente.

Mientras caminaba podía sentir una mirada muy pesada sobre mi, cada vez que volteaba no veía nada mas que solo personas caminando hacía ningun rumbo, decidí no darle mayor importancia y continuar caminando.

Cuando llegue ahi decidí sentarme en la fuente a esperar a Ania.

Pasaron los minutos y la vi caminando a los lejos, me levante y fui a ella sonriendo, y como es su costumbre llego y me dio un gran abrazo.

Yo le correspondí de igual manera con una sonrisa, me alegraba mucho verla de nueva.

—Mariel, ¿Cómo has estado?.-Me sonrio ampliamente mientras se separaba de mi.

—Podria decirse que bien.-Le di una cálida sonrisa mientras revolvía sus cabellos.

—Claro, ¿Nos vamos?.-Me miró y yo solo asentí.

Ella y yo comenzamos a caminar por todo el centro comercial, visitamos casi todas las tiendas, incluyendo  las de anime, videojuegos, maquillajes que prácticamente obvio no eran para mi.

Ya teníamos dos horas en el centro comercial y de cez en cuando continúe sintiendo esas miradas, era algo extraño  ya que siempre que me daba media vuelta me percataba de que no había nadie quien nos pudiese estar vigilando. ¿Entonces solo lo estoy imaginando?, no, no lo creó,  en realidad siento que alguien me viene siguiendo desde que salí de la guardería.

—Mariel, ¿Estas bien?, te noto algo tensa.-Ania me había sacado de mía pensamientos y me miraba con una cara de preocupación.

—Oh, si, todo esta bien, no te prrocupes.-Le sonreí para tratar de  calmarla.

Ella solo asintió a manera de respuesta.

Continuamos caminando y charlando, ya habían pasado deias desde la última vez que hablamos así.

De repente pasamos a un lado de un restaurante de comida rápida, me detuve en seco y me quede observándolo y tratando de concercerme si es que realmente sería buena idea comer aquí.

—Ania, ¿Quieres comer aquí o en otro lugar?.-La mire unos segundos.

—Pues si quieres comer aquí, esta bien para mi.-Alzó sus hombros desinterada.

Decidí entrar y ella siguió mi paso, nos sentamos en una mesa sola y el camarero llego y nos entrego la carta.

Comencé a ver el menú junto con Ania.

—¿Qué vas a querer tu, Ania?.-La mire de reojo.

—Mmm...No lo se, por esta vez no comeré algo ligero, solo para calmar las ganas de comer algo con grasa.-Me miró con un leve puchero.-No quiero seguir engordando.

—Ania, no estas gorda, solo estas un poco pasada de peso, es todo.-La mire sonriendo.

—Bueno...

Continuamos viendo el menú y de rato llego el mesero.

—¿Qué desan oredenar?.-Nos pregunto con una gran sonrisa y con un leve sonrojo, al parecer no dejaba de mirar a Ania de reojo.

—A mi traeme una hamburguesas  con papas fritas, por favor.-Ania le sonrió y cerro la carta para entregársela.

El joven asintió aun sonrojado y después dirigió su mirada a mi.

—¿Y usted, que desea ordenar?.-Me miró igual sonriendo.

—Yo quiero lo mismo, por favor.-Cerré la carta y se la entregué.

El joven apunto la orden en su libreta.

—¿Y de beber?.-ladeo muy levemente su cabeza.

—Pues...traenos una jarra de agua de limón.-Le dije al camarero.

—Uy si, que delicia.-Asintió  Ania feliz por mi propuesta

—Y con mucho hielo, por favor.

—Con mucho gusto.-El joven asintió y apunto todo a su libreta.-en un momento les traigo su pedido.

El joven se retiró y Ania y yo nos miramos mutuamente.

—Al parecer le gustaste, Ania.-Reí levemente.

—No lo creo.-Hizo un puchero.

—Yo digo que si.-Sonreí y le guiñe un ojo.

—Mary...tu sabes lo que siento por Jungkook.-Me miró con un sonrojo muy notable en sus mejillas.

Jungkook...tenía que recordarmelo, sigo sin creer lo que paso.

Ahora me siento mal por Ania, no le e contado nada y si lo hago siento que se decepcionara de mi, me odiara o no lo se, pero lo que menos quiero es que se aleje de mí lado.

Ania siempre a sido muy linda conmigo, desde el día en que la conocí, ella siempre a estado para mí, es muy sensible pero de carácter fuerte...
—¡Mariel!

–¿Eh?...-Ania me había vuelto a sacr de mis pensamientos.–¿Qué pasá?.

–Eso deveria preguntartelo yo a ti, estas muy distraída yltimamente.-Se amarro su largo cabello rojizo ya que este le estaba dando todo en la cara.

–No es nada, solo pensaba en alguna cosas.-Suspire y le sonreí.

Ella me miró un poco desconfiada y ninguna de las dos dijo nada.

Rato después el mesero llego con nuestras hamburguesas y nuestra jarra de agua.

–Aqui tienen lo que ordenaron, señoritas.-Dejo la bandeja en la mesa, hizo una leve reverencia y se marchó.

–¡A comer!-Dijo Ania con una gran sonrisa en su rostro mientras tomaba su hamburguesa y le daba una mordida a esta.–Mmm...Esta deliciosa.

También yo le di una mordida y asentí con la cabeza.

–Tienes razón, creo que es la mejor que e probado.

Ania y yo seguimos comiendo, charlando y riendo tranquilamente, estábamos casi terminando de comer pero en un momento pudimos escuchar un disparo, la gente que se encontraba en el local gritaban y otros solo trataban de escapar y en cuanto a nosotras nos asustamos y nos quedamos paralizadas miramdonos fijamente.

I'm Fine [Min Yoongi] {Suga BTS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora