Harding subió las escaleras tambaleándose .
Recordaba vagamente haber dejado a las niñas con sus tías y haber salido del despacho .
Todo parecía confuso .
La estancia estaba en penumbra pero se veía lo suficiente como para comprobar que el panorama era desalentador .
Cristal estaba tendida en una cama más roja que blanca con aspecto febril y totalmente inmóvil .
Harding, desesperado , fue directo hacia el médico.
-¡Se desangra! ¡Haga algo , por el amor de Dios ! - le suplicó.
- Se desangraba , he conseguido parar la hemorragia , pero aún así ha perdido mucha sangre , no es probable que sobreviva . Se lo advertí, y como usted no tomó la decisión ella lo hizo .-le dijo el médico mientras acababa de recoger sus cosas .- Ya no hay nada más que pueda hacer por ella. Si sigue viva por la mañana avísenme y volveré a ver como sigue . - agregó justo antes de salir.
Harding permaneció de pie esperando a que las criadas acabaran de cambiar las sábanas y el camisón de su esposa y después se acercó a ella .
-Déjennos solos.- ordenó . Todos detuvieron de golpe sus tareas y, tras mirarse unos a otros y dirigirle miradas de pena a su señor, salieron apresuradamente de la sala.
Harding se sentó al lado de Cristal y mojó su pañuelo en el agua fría que había en la mesita de noche para después ponérselo en la frente a su esposa .
Ardía en fiebres.
Esta abrió vacilante los ojos e intentó inútilmente incorporarse con un gran e inútil esfuerzo.
-No cariño, tranquila, no te muevas , guarda tus fuerzas- le susurró.
Esta lo observó entonces percatándose de su presencia por primera vez .
-Harding...¿Dónde ... dónde están nuestras hijas? ¿ Están bien ? -preguntó en un tono vacilante y confuso .
-Tranquila. Tranquila amor, están bien , sus tías las cuidan . - le respondió en un tono firme para tranquilizarla.
-¿Las...las has visto ? ¿No son lo más maravilloso que has visto nunca? - preguntó con esfuerzo mirándolo directamente a los ojos y con una leve sonrisa orgullosa en el rostro.
-Si... son... son perfectas, son lo más hermoso que he visto nunca.-dijo mientras una lágrima solitaria rodaba por su mejilla.
Cristal levantó a duras penas una mano y la posó en su mejilla, donde limpió su lágrima con el pulgar.
Harding sujetó su mano contra sí y la besó.
-Escúchame.- le dijo con un tono firme a pesar de su condición. - No puedes seguir tras tu muralla de protección . Ya no te puede dar miedo amar . Ahora tenemos dos hijas y tienes ... tienes que darles todo de ti . Todo tu amor , tú paciencia , tienes que estar siempre para ellas . ¿ Me has escuchado ? Tienes que entregarte por completo a ellas.
- Lo haré, por completo, te lo juro . Me entregaré a ellas y a ti . - Cristal sonrió.
- Ya es demasiado tarde para nosotros .- susurró.
-No .¡No! No es demasiado tarde . Hemos llegado a tiempo Cristal . Aún estamos a tiempo . No te puedes ir , no ahora . No me dejes , no lo hagas por favor. No puedes hacerlo , Cristal , no ahora, te lo ruego . No me dejes. - le suplicó entre lágrimas .
- No me dejes ir y no me iré.- una mueca apareció en su rostro .- o al menos lo intentaré. - se corrigió.- Oh Harding , estoy tan , tan cansada .
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Lady Habladora Adams (Saga héroes de guerra 1)
Historical FictionLady Cristal Adams, más conocida entre la sociedad como Lady Habladora, es la pequeña de una familia formada por un conde sin condesa, un despistado heredero y cuatro hermanas cada cual más diferente que la anterior. Cristal, que acaba de salir de l...