Tercer Capítulo

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Donghyun no estaba cuando Minwoo llegó a la casa al final del callejón sin salida. Ningún coche estaba aparcado en la entrada y las cortinas aún estaban echadas desde la mañana. Minwoo salió de su coche y se acercó a la puerta principal. Tocó el timbre y llamó un par de veces antes de que él admitiera la derrota y volviera a su coche.

¿Y ahora qué? ¿Claramente Donghyun nunca salía del trabajo a tiempo, pero cuánto tiempo más estaría esperando? Estar sentado esperando sólo aumentó los nervios de Minwoo. Se había duchado, afeitado, y llevaba su mejor camisa y su mejor ropa interior. Qué tonto que era. ¿Por qué vestirse y prepararse para ser utilizado por un desconocido?

Tal vez fue porque sería su primer encuentro sexual desde hacía una eternidad. Y porque, a pesar de su enfado por la injusticia percibida de la situación, a pesar de su miedo, el pensar en Donghyun le excitó. La idea de ser sometido por el veterinario lo excitaba. ¡Que Dios le ayudara! ¿Qué había mal en él con la idea de ser utilizado? ¿Estaba tan desesperado por tener sexo que iba a echar un polvo con un hombre que solo iba a usar su cuerpo como un simple orificio para descargarse? ¿No era simplemente eso? Ser follado por Donghyun significaba compañía. Un cálido cuerpo contra el suyo sólo durante un breve momento, para mostrar a Minwoo que no estaba tan solo en el mundo, después de todo, alguien lo deseaba y quería estar con él. Para demostrar después de todo que no era un hombre olvidado.

Se echó hacia atrás en el asiento de su coche, cerrando los ojos, hizo algunas respiraciones profundas y se preparó para esperar el tiempo que fuera necesario. Que no se dijera que no pagaba sus deudas.

El ruido del motor de un coche despertó a Minwoo con un sobresalto. Parpadeando, se levantó de donde estaba sentado. Donghyun salió de su coche y lo cerró. Sin sonreír, hizo un gesto cortante hacia la casa con la cabeza y se dirigió a la puerta principal.

El corazón de Minwoo se hundió aún más. Esas sucias fantasías habían desaparecido de su cabeza y solo sentía terror y repugnancia. No tenía idea de cómo iba a fingir una actuación aquí. Salió de su coche, sin molestarse en cerrarlo y siguió a Donghyun al interior.

Donghyun estaba desapareciendo por el pasillo cuando Minwoo puso los pies en la entrada de la casa. Se armó de valor y cerró la puerta, caminando detrás de Donghyun hacia una amplia y reluciente cocina.

La casa de Donghyun estaba en un buen barrio y claramente era de clase alta. Minwoo presumía que no la compartía con nadie, por lo menos, no con un ser humano. Un gato negro se acurrucó alrededor de los tobillos de Donghyun y el veterinario se agachó para acariciarlo antes de echarle un poco de comida.

Minwoo rondaba ansiosamente cerca de la puerta. Donghyun abrió la nevera y miró donde estaba.

—Parece como si fueras directo a un pelotón de fusilamiento. —Sacó una botella de vino y Minwoo se sonrojó. Eso era exactamente lo que sentía.

—¿Te apetece algo de beber?

—Por favor.

Donghyun sirvió dos copas y le dio una a Minwoo.

—Gracias.

El gato se puso a comer mientras Minwoo y Donghyun estaban bebiendo, cada uno mirando al otro.

—No creo que vaya a ser tan malo como te imaginas,—dijo Donghyun—. Sé que dijiste que podía hacer cualquier cosa contigo... —Minwoo deseó que la tierra se lo tragara—. Pero en realidad, mis gustos no son muy diferentes a cualquier otra persona. Dudo que vaya a hacer cualquier cosa contigo que no hayas hecho antes.

Minwoo lo miró con frialdad. Esa pequeña voz le hizo sentir como la puta que era. También podía darle a Donghyun una lista de precios de sus servicios. Por otra parte, Donghyun podría tener lo que quisiera, incluso cosas que él no solía hacer, ya que Minwoo lo había prometido. Vendiéndose a sí mismo. —¿Por qué no seguir adelante con esto?

You & IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora