And The Waltz Goes On - Especial GH

Parte Única

Disclaimer: Los personajes utilizados no me pertenecen, son propiedad del maestro Horikoshi.

Anime: Boku no Hero Academia

Personajes: Kirishima/Bakugou

Advertencia: Sad, lenguaje soez.

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Mis párpados cansados se abren y reciben los primeros atisbos de la luz que se enciende e ilumina totalmente el salón. Arrastro mis zapatos negros por el pulido suelo de madera terciada. Refleja perfectamente mi rostro abatido y cansado. Me miro al espejo y... Solo siento esas imperiosas ganas de llorar.

Esas que vengo conteniendo desde que me bajé del autobús volviendo del hospital, solo y rechazado. 

No... Desde antes. Desde que lo vi levantar el trofeo...

Tampoco. Mucho antes.

Desde que lo vi llegar aquí y caerse mil veces intentando hacer una simple caja con elegancia y soltura.

Si... Desde allí.

Claro que en ese momento eran más ganas de llorar por lo malo que era el muy bastardo. En ese entonces, era un niño de no más de 15 años. Un niño ante mis ojos adultos, pasando los veinte por aquel tiempo.

Galardonado como profesional y mejor bailarín de Japón, me sentía basura y a la vez la mejor mierda en este planeta, le había roto el trasero al infeliz mitad-mitad y su compañera que... No recuerdo cómo se llamaba, solo sus senos enormes y para nada estéticos para la danza.

Mi ímpetu y fuerte personalidad al llevar a mi compañera – cuyo nombre no recuerdo, solo que también era... ¿Camu? ¿Camie? Si, creo que así se llamaba - por la pista como un hombre dominante y serio, pero encantador había maravillado cada concurso al que entraba.

Entrábamos.

Me olvidé de ella.

En fin, una vez terminado todo el teatro me dediqué a enseñar como ella habría deseado de mí... Como ella lo hizo conmigo.

A los gritos. A los insultos. A los golpes.

Vale considerar que mi orgullo y... Explosiva y demandante pasión ahuyentaba a mis potenciales alumnos. Hasta... Él.

Él, testarudo, de sumiso y brillante carácter entró y preguntó a mi secretaria por aplicaciones al lugar. Estaba encorvado, su pelo negro tapaba su rostro y hablaba de forma discreta. Casi temiendo ser descubierto por alguien.

Su mirada se encontró con la mía, sus ojos rojos tímidos, brillaron con admiración al verme allí. Altivo y petulante. Derecho, sacando pecho, erguido. Ensombreciéndolo a cada paso firme que daba.

-  ¿Qué crees que haces, pedazo de mierda? – Sus ojos me desentendieron. Mostraron confusión, pero luego brillaron como si tuviese fuegos artificiales en sus pupilas. Se inclinó y presentó. – No quiero perdedores en este lugar, y... Por tu aspecto, seguro eres el peor de los perdedores. Vete. No enseño a gordos.

Al minuto, el chico me tocó el hombro y se reverenció. Rogó.

Y...Ah, allí estaba... Rubio, flacucho, débil y por sobre todo...

El recuerdo se desvanece cuando de mis labios sale – Zapatos. No debes tener por tu aspecto de clase baja. En el guardarropa hay unos que se olvidaron, pruébatelos. – El corrió sin esperar y salió al instante. Vestía una camisa blanca y un pantalón gris. Uniforme escolar de gimnasia. Con la misma rapidez corrió hasta tocar el piso de madera, cayendo de pompas de una patinada. Y sucedió lo imposible, reí. Reí con todas mis fuerzas al ver a un ser tan patético rebotar contra el suelo. Se levantó sumamente sonrojado. - ¿Sabes hacer una caja? No contestes, por supuesto que no sab... - No pude terminar cuando empezó a hacerla. Torpe y encorvado, mal tempo, sin elegancia. Pero lo intentaba serio y concentrado. Aplaudí para frenarlo. Me estaba viendo a mí mismo y no me gustaba... No, era horrible. Era detestable. – No sirves para esto, maldito. Dedícate a seguir comiendo frituras y esas cosas que seguro devoras como el maldito nerd que eres.