Del odio al amor... sólo hay un paso

Capítulo 9: Akai ito

Por fin puedo actualizar otro día seguido! X3
Espero que les guste este capítulo! :P

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Harry despertó sintiendo los rayos del sol pasar por la ventana, bostezo y se puso boca arriba, no tenía ganas de salir, lo bueno de todo es que esa noche no había tenido pesadillas. Volteó hacia la cama de al lado, viendo que Ron ya se había ido.

Se estiró y escucho ruido en la sala común, agarró sus lentes de la mesita y se los puso. Sin mucho ánimo se levantó y fue a bañarse, el hacer eso le relajaba, estuvo unos 10 minutos bajo el agua, pensando en lo que haría, aún tenía que ver a Severus, así que tendría que controlarse.

Cuando estuvo arreglado salió del cuarto, al bajar las escaleras vio a sus compañeros en el tapiz, hablando muy emocionados. Se acercó viendo que Ron estaba hasta el frente.

-¿Qué ocurre? -voltearon a verlo sonriéndole.

-Dentro de dos sábado habrá salida al pueblo -respondió Seamus dando brincos de emoción.

-Eso no es lo importante -exclamó Ron mirando a su amigo -. Lo que pasa es que el equipo de Quidditch de Gran Bretaña va a dar autógrafos en las tres escobas -finalizó con una enorme sonrisa.

Al escuchar eso se emocionó, el Quidditch era su via de escape, le hacía olvidar todo, pero a su mente regresaron las clases de Oclumancia. Genial, era lo único que le faltaba, era la cereza en el pastel de toda su vida, estaba enamorado de su profesor, y éste a su vez estaba enamorado de su mamá... Y lo peor, Snape lo odiaba y le tenía asco por atreverse a besarlo.

-¿Ocurre algo, Harry? -preguntó Neville al ver su expresión, sacándolo de sus pensamientos.

-No iré, diviértanse -contestó con fastidio.

-¿No iras con nosotros? -cuestionó Dean con sorpresa

-No -respondió mirándolos, al ver el rostro de sus amigos continuo -Snape me dará clases particulares de pociones -terminó observando que lo observaban sin creerlo.

-Vamos Harry, sabemos que eres malo en pociones, pero no tanto para que tengas clases particulares con Snape -contestó Seamus arqueado las cejas.

-Sólo sé que me dará clases -contestó encogiéndose de hombros, no tenía ganas de hablar, su humor había empeorado.

Los demás no le preguntaron más, sabían que su humor no era el mejor, y sumándole las clases con Snape era terrible. Era mejor no tocar el tema.

-¿Qué ocurre? -la voz de Hermione los hizo brincar.

-Harry no podrá ir al pueblo gracias a que iniciará sus clases de ya sabes que -susurro Ron con el entrecejo fruncido.

-Eso es genial Harry, así podrás dejar de tener pesadillas, además no es bueno que tengas conexión con quién tú sabes.

El ojiverde asintió, simplemente no quería hablar de eso, sólo quería olvidarlo y ya.

Después de unos minutos decidieron bajar a desayunar, Harry sintió su corazón acelerarse cuando entraron al gran comedor, sabía que Snape estaría ahí, y aunque no quisiera debía verlo y convivir con él.

Sin poder evitarlo miró hacia la mesa de los profesores, observando que Severus platicaba muy divertido con la profesora de astronomía, agachó la mirada y camino hacia la mesa de Gryffindor, odiaba lo que sentía, eran celos y dolor, celos de saber que nunca lo miraría a él de esa manera, y dolor de saber que al final su amor era unilateral.