95.-ELITE (GUZMAN NUNIER)

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Por obvias razones, Guzmán y Nadia no se enamoran. ALERTA DE SPOILER

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Alba era la mejor amiga de Marina desde que eran muy pequeñas. Sus padres eran empresarios ricos, como los de la pelirroja, así que también se llevaban bien entre familias.

Aquel año fue uno de los más duros de su vida. Al inicio de curso, un hombre que odiaba a su padre había intentado matarles, aunque lo único que consiguió fue acabar en la cárcel y que ella pasara un par de semanas en el hospital.

Cuando regresó a las clases, se encontró con tres chicos nuevos, becados gracias al padre de su mejor amiga. Según tenía entendido, el empresario era el responsable de la obra del instituto al que iban antes y por mal gestionamiento o algo parecido, el techo se había desplomado sobre ellos. Para que no le denunciaran había pagado las matriculas para que asistieran a Las Encinas, el instituto de los hijos de "La Elite" como ellos mismos se denominaban.

Esto era lo que odiaba del dinero, el poder que tenía sobre las personas. No importa como de buena y noble sea una persona, todos tenemos un precio.

Alba llegó cuando su profesor ya les había asignado un trabajo.

-Alba, me alegro de que te hayas recuperado perfectamente, el día anterior les encargué que hicieran perfiles de redes sociales por parejas, Rubén no tiene compañero, así que lo harás con él, ¿De acuerdo?-Ella miró al chico, que le devolvió la mirada con una sonrisa.

-Sin problema.

Cuando llegó el descanso, Marina saltó sobre ella.

- Alba, me alegro de que estes bien.

- Nina, siento no haber ido a tu fiesta de puesta de largo, pero ya sabes, el hospital y eso...

- No te preocupes, lo entiendo. Ven, tengo que presentarte a los nuevos, son geniales.- Habló muy rápido, mientras tiraba del brazo sano de su amiga.-Alba, ellos son Samuel, Nadia y Cristian- Les presentó.

-¿Y tú porque has faltado a clase, niña rica?

-Tuve un accidente, he estado en el hospital- Explicó mostrando la venda que aún llevaba en la muñeca.

Samuel y Marina se fueron a hacer el trabajo. Cristian dijo que iría a ligar, y Nadia y Alba se quedaron solas.

-¿Has visto la piscina, verdad?- Nadia asintió con la cabeza.- Tenemos clase libre, me apetece hacer un par de largos, ¿Quieres venir?

-Claro- Aceptó ella, y ambas se dirigieron a los vestuarios de la piscina. Alba se cambió por el bañador y se quitó la venda de la muñeca.

- ¿No deberías llevarla siempre?

- El médico me ha dicho que es más que nada para reforzar, pero que ya estoy casi curada- Se explicó, y tras ponerse el gorro con ayuda de Nadia, pues aún no tenía fuerza en la mano, fueron a la piscina.

No fueron las únicas que pensaron en la piscina. Uno de los carriles estaba ocupado por un chico.

Alba dejó su toalla en uno de los bancos y se acercó al carril de la izquierda del que estaba ocupado. No le hacía falta verle la cara para saber quien era, sabía perfectamente que esa espalda pertenecía a Guzmán Nunier, el hermano de Marina.

Sin pensárselo mucho se lanzó de cabeza al agua. Nadia se metió en la calle de al lado.

Alba amaba nadar, es lo que más había echado de menos en su estancia en el hospital. Siempre que se encontraba en la piscina sentía que estaba donde debía.

Tras hacer un par de largos y probar si aún mantenía su récord de tiempo bajo el agua, decidió salir de la piscina. Se agarró al borde y se impulsó para salir. Sin embargo, murmuró un "joder" cuando puso todo su peso sobre la muñeca aún dolorida y un pinchazo le recorrió el brazo hasta la columna. Cayó de nuevo al agua.

Cuando volvió a salir a la superficie se encotró una mano tendida para ayudarla a salir. Siguió el brazo hasta llegar al rostro de Guzmán.

-Vamos, te ayudo a salir.- Alba no se negó y le agarró la mano. Cuando consiguió salir, se acercó a su toalla tras agradecerle al chico.

-Cuando me dijeron que hoy regresabas a clase supe que vendrías a la piscina. Eres muy predecible.

-Bueno, que puedo decir, es una de las cosas que más me gustan de este instituto.

-¿Qué te dijo el médico?- Preguntó él mientras ambos se secaban las gotas de agua. Nadia seguía nadando en su carril, sin darse cuenta de que ellos ya habían salido.

-Fractura de muñeca, una costilla rota y varias contusiones en brazos y piernas. Pudo ser peor.- Marina había ido a visitarla un par de veces durante su estancia en el hospital, pero Guzmán no se había atrevido a hacerlo.

-Me alegro de que pillaran al idiota que hizo esto- Le murmuró algo enfadado, Alba sonrió ante su tono, parecía genuinamente preocupado. Sin embargo, se recordó a sí misma que el idiota que tenía delante era un narcisista de primera, y que estaba "saliendo" con Lu, aunque no se lo hubieran dicho a nadie.

Se envolvió la toalla alrededor del cuerpo y se giró a mirar a Nadia, que salía de la piscina.

- Me voy a ir a cambiar, luego nos vemos- Le dijo, saliendo de allí. Se sintió un poco mal por dejar a la chica con Guzmán, pero no estaba segura de soportar mucho más las ganas de darle un puñetazo para que dejara de ser un idiota.



Y para acabar con un año de mierda, Alba tuvo que pasar por la muerte de su mejor amiga. Marina había aparecido asesinada la noche de la fiesta de Fin de curso. Pero si había alguien que lo estaba pasando peor que ella, ese era Guzmán. El chico tenia una relación muy fuerte con su hermana, y cuando se enteró de que un desalmado le había quitado la vida sufrió mucho.

Tras el funeral de Marina, Alba se pasó la siguiente semana muy pendiente del chico, que no hacía otra cosa que beber.

En esos momentos se encontraban en el bar, Samuel entró para trabajar y Guzmán le increpó, culpándole de que su hermano, Nano, había matado a Marina. Estuvo apunto de reventarle la botella en la cabeza, pero Alba le paró justo a tiempo. Guzmán le dio un nuevo trago y salió del lugar.

La chica se despidió de Samu pidiéndole disculpas por el comportamiento del borracho, y salió detrás.

Soltó un grito de horror cuando le vio sobre el muro del puente que había junto al lago.

-Guzmán, no hagas ninguna tontería- Le amenazó, acercándose lentamente. El chico de pecas dio un paso vacilante hacia un lado, perdiendo el equilibrio levemente, por lo que ella soltó un nuevo chillido.- ¡Guzmán!- Le gritó de nuevo.

-Y que más da lo que haga, ya no me queda nada, un hijo de puta me ha robado lo único que quería en esta vida- Se explicó el chico, arrastrando levemente las palabras por el alcohol y las lágrimas.

-Eso no es verdad, aún tienes gente que se preocupa por tí.- Ella era una de esas personas. En los últimos meses, Guzmán había demostrado un gran cambio. Había dejado de ser un egoísta, y se preocupaba por los demás.

-Es mi culpa, yo la he matado- Se quejó de nuevo, y lanzó la botella al lago con rabia, por lo que volvió a perder el equilibrio.

-Guzmán, deja de decir tonterías y bájate de ahí. Piensa en lo que les vas a hacer a los que te quieren, no puedes hacernos pasar por esto dos veces en menos de una semana- Pidió ella tambien llorando.- Por favor, baja, encontraremos la forma de superarlo, pero no me hagas esto, no podría soportarlo.

El chico se dejó caer al suelo, y la chica solo acertó a cogerle antes de que sus rodillas fallaran y todo su peso cayera sobre ella. Cuando le tuvo en sus brazos le abrazó muy fuerte soltando un suspiro. Y Guzmán se desahogó en el hombro de Alba.

Imaginas MultifandomsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora