Sentí que los átomos se me descomponen
desintegran un ser nunca integrado,
siento la náusea de la podredumbre
del vacío siniestro del fracaso.
El mundo se desgaja, rompe, quebranta,
el sentido no se formula,
el camino se deslíe,
el vivir no se construye.
Duele el nudo existencial
que trata de desatarse y no puede,
tensa es la espera de la suerte
que no llega, que es adversa.
En la ausencia
en la soledad
en el abismo
en el oscuro fondo
en el fúnebre retazo de tierra
que me aguarda,
que me sigue,
como el adelanto de un final perpetuo.