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Un chico de cabellos negro pasaba por los pasillos de la escuela, sus negras botas resonaban por aquel lugar, un semblante serio era lo que se mostraba y un aura de autoridad se desprendía de el.

Su fastidio era notable, su mal humor se podía ver incluso a 10 kilómetros de distancia, el cual fue ignorado por aquella chica que se desvivía por él.

- ¡Yoongi oppa! Realmente es bueno verte aquí ¿Vamos juntos a clase? ¿Quieres hacer el trabajo conmigo? ¡el año pasado lo hice sin ti! -

Yoongi rodo los ojos, al escuchar todos los parloteos dados por aquella chica, realmente era tonta, ¿no se había dado cuenta que el apenas se unió ese año de preparatoria? No tenia ganas de contestar en mas ni siquiera de mirarla, era tonto y absurdo e incluso su fuerte perfume a fresa artificial era realmente molesto.

-Déjame, no tengo ganas de verte. - sus palabras parecieron balas lanzadas a la chica la cual solo soltó un pequeño bufido para retirarse enojada porque Yoongi no había caído a sus encantos, estaba a punto de hacer lo mismo, iba a sus clases, pero un sonido lo detuvo y cautivo si saber la razón por completo, un sollozo.

Sus ojos buscaron aquel lugar donde provenían esos ligeros, suaves, cautivadores realmente no había manera de describir aquel sonido, sus pies se movieron, su mirada buscaba, hasta que lo encontró.

Un chico.

Un chico de cabellos azabache, mejillas regordetas y ahora sonrojadas mejillas sollozaba con fuerza en ese momento tomando sus piernas entre sus brazos tratando de protegerse del mundo, sus ojos dilatados y cristalinos era todo un show.

La extraña excitación de Yoongi le causaba escalofríos, era extraño, era como hipnótico ver aquel chiquillo llorar como si no hubiera un mañana, "psicópata" pensó de su mismo Yoongi cuando se dio cuenta que se había quedado embobado de aquella escena.

Seguiría caminando, pero se detuvo de manera directa cuando sintió el malestar en sus pantalones, sus ojos se abrieron en sorpresa dándose la idea de que, si era bastante notable, no sabia que hacer, así que lo más rápido y fácil seria tocarse, "Eres un puto enfermo" volvió a maldecirse de camino al baño.

Pero realmente no podía evitarlo, la imagen no desaparecía de su mente, era una escena y unos sonidos angelicales, sin mas se metió al cubículo del baño con desesperación, le parecía extraño y a la vez algo placentero, sin duda fue una sensación que por primera vez experimento, es aquella intensidad y todo provocado por aquel chiquillo de mejillas regordetas.

Hasta que de un momento a otro volvió a escuchar ese hermoso sonido angelical, pero ahora dentro del baño.

Donde hacía un perfecto eco, que parecía ser la mejor orquesta tocando o bueno, sólo para el

No ahora por favor.

-DGA.

Gracias por todo el apoyo, estuve remodelando un poco mas la historia para que la disfruten de la mejor manera.



◇Dacrifilia◇	<Yoonmin>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora