Salí de la casa de Ambar con un Beeper en la mano y galopes en mi corazón. Habían sido demasiadas emociones juntas. Conocer su historia de vida, sentir una conexión inesperada, salir con otro look...
—Con esto sellamos nuestra alianza secreta —dijo al entregarme el aparatito.
Ni siquiera sabía como funcionaba pero asentí extasiada.
—Nadie debe enterarse de lo nuestro ¿sí?—agregó intensa. El componente secreto hacía que aquello que sellamos se convirtiera en algo irresistible.
Y ¿Que vendría a ser lo nuestro? Me pregunté endulzada. ¿Una amistad, una alianza, una promesa?
A decir verdad, en el fondo sabía que lo que me sucedía era una sonsera enorme, un sinsentido. Una fantasía que no tenía pies ni cabeza. La chica mas codiciada del Ateneo, jamás habría de fijarse en mí. Además, ¿Qué pensarían mis amigas de esto? ¡Era inaceptable! Una traición mayúscula acercarme a la peor de todas las hostigadoras del Ateneo.
Lo mejor era mantener oculto este híbrido que podría convertirse en monstruo...o en mariposa.
Caminé unos pasos camino a casa y sentía levitar. No podía dejar de pensar en ella, me sentía conectada como nunca antes lo había sentido con nadie. Lo único que quería ahora era que ese aparatito suene y suene sin parar.
Volvió a mi mente Viuda Negra nuevamente. ¡Que ganas de saberlo todo de ella!
Decidí desviarme del camino y terminé en lo de Lautaro.
—¿Qué haces por acá a estas horas, Nina? —exclamó abriéndome la puerta— ¡Ah, claro, somos novios! —se autocontestó y me tomó de la cintura como si me fuera a besar. Carcajeó y levantó una de sus tupidas cejas. Era super cariñoso conmigo. Y a mí me encantaba.
Estaba solo en su casa como siempre, vivía solo con su Madre.
—Vengo de lo de Ambar —solté con cara de cachorrito mojado.
—Ah, cierto, ¿cómo fue el trámite?
—No fue tan duro...La verdad es que es bastante mas copada de lo que pensé.
Me escrutó.
—¡Mmmm, otro pobre ser que cae en sus garras! —palmeó —¡Quiero sus poderes por ya! ¿Cómo lo hace?
—De verdad, digo —dije levantando los hombros y me acomodé los jeans que vibraban.
Saqué el beeper. Me precipité a leerlo entusiasmada.
—Me lo prestó Ambar —aclaré tratando de ocultar la pantalla.
—¿Qué es? ¿Una especie de localizador de sus ovejas? —ironizó risueño. Parecía celoso.
—Es para mantenernos comunicadas por "el plan".
—El plan....—repitió —¡Aha, ya veo!
Sonó el beeper y lo leí alborotada. Decía que había una fiesta en lo de Lourdes. Pero de inmediaro cayó otro mensaje que decía "Pensándolo bien tengo que aprobar matemáticas y llevo mucha tarea acumulada, voy a tener que quedarme en casa".
Sin titubear le contesté: "Olvidate, en eso te ayudo yo, es una pavada para mí. Vamos a la fiesta". Era capaz de hacer los deberes de toda la clase si era necesario.
Lautaro observaba atónito mi accionar.
—¿Me parece a mí, o aquí hay algo mas que un plan? —frunció la boca de modo teatral.
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Las Chicas solo quieren divertirse
Teen FictionNina ama a las estadísticas y a sus particulares amigas, tanto como odia a las "superpoderosas" del Ateneo Nacional y las injusticias de Ambar, la reina de ellas. Nina es capaz de contestar con holgura cualquier pregunta de física cuántica, aunque...