Capítulo. 1

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- Armin Arlert. - Sus labios pronuncian dulcemente esas palabras, miéntras son leídas de un cuaderno en las que acaba de anotar en una de sus páginas.

Quitando la vista de sus escritos, mira hacia las calles que se le permite observar desde el helipuerto del edificio donde de encuentra.

Al mismo tiempo que está sentada en el borde del edificio balanceando sus pies, sonríe. - Siempre supiste lo que realmente te gustaba.

- De nuevo te encuentro hablando sola. - Dice un joven recién llegado.

- Marco. - Mira a su compañero, quien caminando por el borde sin ninguna señal de perder el equilibrio, se sienta a su lado.

- Cuéntame lo que has escrito hoy. - Pide el joven de apariencia tímida, de igual forma que la femenina saca un cuadernillo de notas.

No es que todos los de su especie lo hiciesen, más bien era como un vínculo entre ellos dos cómo buenos amigos que solían ser.

- Está bien. - Contesta regresando su mirada a su escrito. - Armin Arlert. Trece años de edad, sus padres murieron en un accidente de avión cuando el tenía cinco años desde entonces vivió con su abuelo quien se hizo cargo de él, y debido a su trabajo siempre estuvo viajando.
Él desde el fondo de su corazón deseaba poder ver a su madre de nuevo, ayer su deseo se le fue concedido.
Lo que más le gustó de la vida fue el océano.

- ¿El océano? - Interrumpe Marco mirándola de forma intrigada.

- Sí eso dijo. - Responde a su pregunta. - desde la vida que abunda en el fondo hasta la brisa de aire que siente en su rostro cuando el viento sopla sobre el y suelta un olor de agua salada.

- Bien ¿Y qué más?. - De nuevo pregunta Marco después de haber escuchado y analizado detenidamente lo que su amiga está leyendo en voz alta.

- Una joven. - Menciona pasando de página. - De nombres Ilse Langnar, es escritora, no es muy reconocida en lo que hace pero he escuchado sus pensamientos y leído sus libros, me agrada la forma en que describe, las cosas que ve, siente o prueba.

De nuevo el ángel deja de mirar su cuaderno para bajar su vista y perderla entre las personas que pasan por las calles.

Su amigo sólo le mira, ya la conocía bien, sabe que algún pensamiento está pasando por su mente.

- Marco. - De forma pacífica retoma la palabra la chica de cabellos pelirrojos. - ¿Te has preguntado cómo es?.

- ¿Cómo es qué?. - Las sospechas del muchacho de pecas son confirmadas, definitivamente su amiga tiene esa extraña idea en la cabeza.

- Como es tocar las cosas y sentir. - Suelta por fin la pelirroja.

- No. - Responde inmediatamente el joven de ojos color café.

Ella voltea a mirarlo y le sonríe pícaramente.

- Si lo has hecho. - Le dice a su compañero llevándole la contraria.

- Sí. - Admite el pelinegro con una sonrisa al ser descubierta su pequeña mentira. - A veces lo hago.

Ambos se sonríen mutuamente.

- Tu turno. - Menciona ella con delicadeza.

- Historia Reiss. - Continua el. - Estaba tan distraída pensando en sus tareas y proyectos de escuela, tanto que no se dio cuenta que un hombre le seguía los pasos y además dos enfrente de ella tampoco le perdían de vista.

Enamorado De Un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora