capítulo uno

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Empezamos con que muchas personas juzgarán está historia a primera vista, dirán que fue mi fallo y que yo desde un principio debi saber lo que iba a ocurrir, en mi defensa, si lo sabía, siempre lo supe, pero aún así me encantó y lo hice, salté sin pensarlo, si nunca te han roto el corazon es fácil escapar de la duda y amar, aunque al principio siempre tuve mis dudas.
Tendría unos 14 años de edad, la complejidad de las relaciones amorosas seguían siendo un misterio para mi desde muy pequeña, incluso hoy en día me cuestiono mucho el significado de amar, por mi cabeza sigue rondando el mismo recuerdo una Y otra y otra vez.
Mi madre recostada llorando en la cama por 3ra vez explicando lo sola que sentía y la típica conversación de las dos en esos momentos:
- por qué lloras mami?
-no pasa nada mi vida
- de nuevo es por tu amigo?
- no mi vida.. No te preocupes mamá estará bien

Ella nunca se enteró que desde muy pequeña, apesar de que ella trataba de esconderlo, siempre supe los momentos en que lloraba y las razones, siempre durante estas sesiones de llanto llegaba una película romántica y palomitas fe maíz y en medio de la misma nacía otra pequeña conversación:
-suspira-
- mami por qué sigues con el si te hace llorar tanto?
- mi amor, hemos estado solas tanto tiempo ... Yo necesito una compañía
- pero yo estoy acá, tu no estás sola
- no es lo mismo, cuando seas grande comprenderás.
- pero mami yo no me siento sola
- debió ser difícil también para ti...
Sigo sin comprender estas conversaciones, supongo que se debe a que para mi ella siempre fue suficiente.
Llegaron mis 14 años, una edad complicada,  mamá comenzó a enfermar  y yo no sabía en ese momento que muchas de las cosas que ella hacia se debía a esa enfermedad, en el colegio no era muy aceptada y la soledad que fue mi amiga desde muy pequeña empezó a volverse aún más fuerte.
Recuerdo la neosaldina, un tarro amarillo con líquido adentro con el fin de tratar los problemas neuronales, yo conoci a mi padre a esa edad, 14 años, esa mujer que amaba el cigarro, el café y el perfume aroma roma, que significa el mundo para Mi, ese día intentó quitarse la vida por primera vez tras una discusión conmigo.
Las circunstancias eran muy confusas y yo deseaba desaparecer en en fondo de una pecera donde nadie me encontrará nunca, mi pecera eran unos audífonos y música a todo volumen de todo tipo.
Las redes sociales se convirtieron en mi refugio, tomaba fotos sonriendo, escuchaba mucha música todo el tiempo, cuando iba a dormir, cuando me despertaba, mientras me duchaba, en el transporte de camino al cole, en todo momento la escuchaba y nunca lloraba.
Mi mamá empezó a colapsar en pequeños instantes las primeras veces me asustaba bastante, ya luego aprendí a hacerla volver en si, ella trabajaba hasta más no poder para darme una educación privada y soportaba malos tratos en sus lugares de trabajo, ella esperaba de mi lo mismo, que yo estudiara bastante hasta más no poder y ser la mejor estudiante.
Empecé a notar que mi madre se enfermaba siempre después de una discusión conmigo, me sentía como un conflicto un virus que sólo hacia a mamá enfermar.
Ella siempre cuidaba de Mi, recuerdo que me dejó ir a mi primer campamento con un grupo católico de mi colegio, la pasé muy bien pero al regresar estaba era mi padre esperándome a la bajada del bus, en ese momento me asusté y cuando me subí al taxi mi padre me dijo que ella estaba en el hospital de nuevo, ahí descubrieron que ella sufría de depresión y la familia completa empezó a pasar por un proceso de aceptación.
Varios de los intentos de suicidio o crisis de mi madre eran ocasionados por mi generalmente, o eso pensaba yo y la familia empezó a juzgar y recuerdo en una de las oportunidades mi abuela golpeando mi puerta fuertemente para entrar a mi cuarto y golpearme.
A mis 15 años viajamos mi mamá y yo al extranjero y ahí comenzó todo.
Como un refugio para mi empecé a usar mucho las redes sociales y me uni a un grupo en Facebook, empecé a hablar con mucha gente que tenía muchas cosas en común conmigo y ahí empecé a hablar con el, me gustaba hablar con el, no sabía su nombre, su Facebook era evidentemente falso y exclusivo para esta clase de grupos, aún así me gustaba mucho hablar con el, el simplemente estaba ahí, sin saber nada de mi hablábamos de cosas que nunca revelaban mucho el uno del otro, de algún modo mis conversaciones con el se convirtieron en ese escape que tanto necesitaba y que ni la música ni nada podía llenar, el no sabía nada de mi ni yo de el.
Como un juego decíamos que éramos pareja y poco a poco lo fuimos tomando muy enserio, también aportó la presión del grupo al que perteneciamos, todos nos querían juntos, bueno casi todos, una chica no quería aunque ella desapareció sin dar explicación.
En el primer año me parecía ridículo empezar a sentir algo por una persona que ni conocía en persona o si quiera en foto, así que decidí cortar comunicación con el, las cosas empezaron a empeorar en casa y en el colegio, y al final termine buscándolo de nuevo, me decían que supuestamente a el le había dolido mi partida, luego volvimos a hablar y volví a salir corriendo, creo que era instinto de supervivencia, yo sabía que no era buena idea, aún así seguía volviendo después de un par de meses, sé que sólo lo hice dos veces pero el regreso después de la segunda fue la más hermosa de todas.
Se que era diciembre, estaba en una finca en una finca en un lugar frío de mi país, había verde por todas partes y las estrellas eran muy claras y bonitas parecían de mentiras.
Estaba recostada sola en un cuarto mientras mi familia celebraba en la sala la época navideña, no me sentía muy cómoda, seguía sintiendo que era bastante menor para sus conversaciones, y cuando apagué la pantalla de mi celular para dejarlo en la mesa para dormir un poco me entró una llamada de un número desconocido.
Y si, del otro lado de la luna estaba el hablandome desde un prado en un pueblo donde vive su abuela.

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⏰ Última actualización: Oct 24, 2018 ⏰

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