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Salir de su habitación y tener a un lindo invitado durmiendo en su sala le aceleraba el corazón, era inevitable no quedarse unos segundos cerca del sofá mirando el puchero tierno de su compañero de trabajo y su cabello alborotado le daban ganas de tomarlo entre sus dedos y cepillarlo con suaves caricias. 


Pero no, el pobre Yoongi no había logrado gran resultado en toda la semana para atraer ni un poco a Taehyung hacia el, todo seguía completamente igual a diferencia que ahora le preparaba el desayuno, lo recibía en el comedor con un agradable buenos días y el menor solo acariciaba con suavidad su mano. En su mente, Yoongi sentía como un matrimonio de ancianos, pero era un sueño ridículo y con ansias de justificar ese insignificante acto como un gran avance en su estrategia. 


Entonces, en esa mañana de viernes, con un Taehyung adormilado tomando café, una idea vino a su mente, era arriesgada pero podía funcionar. 


Taehyung no era precisamente el tipo de chico romántico, solo era torpe y enamoradizo, caía ante los encantos absurdos del coqueteo, entonces, tal vez tenia que actuar como los tipos con los que solía salir, claro, sin ser un idiota o patán al momento de estar con el menor, no haría cosas asquerosas como hablar de manera vulgar sobre las partes atractivas de su cuerpo, pero si tomaría una forma mas atrevida.


Ninguno de los dos dijeron mucho después del desayuno, solo pasaron a prepararse para emprender camino al trabajo, y cuando Taehyung se paso por el espejo de la estancia y acomodo su cabello y su abrigo, Yoongi aprovecho para poner su nuevo plan en marcha. 


-Te queda muy bien ese abrigo, luces como un idol.- paso a su lado acariciando su espalda con su mano que no sostenía sus llaves, pero, dejo caer muy pronto su mano, pues esta estampo con el trasero del menor de manera accidental. 


De por si ya estaba extrañado por el cumplido y que ahora le tocara el trasero y le mirara como si hubiera visto un fantasma solo lo hacia mas incomodo, pero solo logro reaccionar riendo fuertemente, tomando la perilla de la puerta para abrirla. 


-Te diría que antes de tocarme el trasero me tienes que invitar un café, pero me has preparado el desayuno toda la semana así que...-  El corazón de Yoongi estaba por salirse de su pecho y el solo quería saber que estaba pasando en ese momento, pero, tenia que tomar valentía y seguir con su plan. 


-Puedo invitarte el café si quieres y no para tocarte el trasero, eso lo dejaremos para otra ocasión.- Salió de su propia casa con una sonrisa picara en el rostro, triunfador de sus palabras al ver el rostro sonrojado de su menor, ¿es que acaso estaba logrando algo? ¿si continuaba seria incómodo o conseguiría por fin la atención de Taehyung? 


-¡Hyung!- cerro la puerta detrás de el, llamando la atención del susodicho -¿estas coqueteando conmigo acaso?


-No, ¿te parece que lo hago?- dijo con un marcado sarcasmo, esperando que de verdad entendiera que lo estaba haciendo, y que le había tomado una eternidad entenderlo y a el hacerlo. 


nuevamente, Taehyung se soltó a reír, mientras caminaban a su lugar de trabajo, pero el menor seguía sin creer lo que se le había puesto en el camino ese viernes apenas despertar y sus pasos parecían no ser suficientemente largos para alcanzar al mayor, que seguía delante suyo, sin dejarle ver sus expresiones al soltar aquello. 


-Pues lamento decirte que no eres mi tipo, y no soy nada fácil.


-Solo espera, Tae, y puedo ser mas de lo que tu buscas en una persona. 


Y no sabia si habían sido sus palabras o su abrigo era excesivamente grueso, pero todo su cuerpo se volvió en un horno encendido, con un tremendo calor desde sus mejillas hasta después de su estomago. 


Dios, ¿Qué le estaba pasando a su hyung? 

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2021 ⏰

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1.70 cm |YoontaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora