Thank you, I'm sorry, I love you {ChanBaek}

Capítulo Único

Antes de comenzar. Quiero dedicar esta historia a mi amiga @nxcseo

Te quiero mucho amiga.

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Thank you, I'm sorry, I love you

Fiesta de final de semestre.

Por mucho que intentaran adornarlo con palabras bonitas y discursos pre fabricados que repetían cada seis meses, el evento no era más que una excusa para salir a un Pub popular de la zona con los amigos y beberse hasta el agua de los floreros sin sentir culpa ni despertar con resaca moral al día siguiente. Cuando se es estudiante universitario es común sentirse peor por no haber estudiado que por el intenso dolor de cabeza que dejaba una noche de borrachera, y para ellos, estudiantes e internos de Medicina, solía ser peor que pecado dejar los libros de lado para irse de parranda, no porque su carrera fuera más importante o demasiado exigente en comparación con otras sino porque esa era la cultura que profesaban los compañeros de cursos superiores a los de primer año en la cena de bienvenida en Marzo, y que se encargaban de heredar a los que les siguieran (y para otros, esto era también una excusa barata y usada para poder salir de fiesta y hacer todo en exceso con la excusa de que "jamás salen").

Por eso es que siendo ya pasadas las diez y pico de la noche, Park ChanYeol se encontraba sentado en la barra del Exodus mientras bebía sorbos pequeños de vodka con jugo de naranja. A pesar de que el ambiente estaba cargado de gritos eufóricos y risas divertidas de compañeros de facultad e internos con su grado de Ginecología recién aprobado, el joven alto de ojos oscuros y cabellos a tono figuraba solitario, con su ceño fruncido y su vista fija en un par de personas que conversaban al extremo contrario de la larga mesa de madera que los separaba de un fino estante lleno de licores. Eran un rubio, guapo, bajito, de piel blanca, labios y mejillas rosadas y brillantes ojos castaños y un joven alto, de cabello castaño claro obviamente teñido y cara de autosuficiencia. El segundo era totalmente un desagrado a la vista y emanaba un aura de egocentrismo que le parecía absoluta e irremediablemente desagradable, así como la forma demasiado familiar con la que tomaba a su interlocutor de la cintura para acercarlo y hablarle al oído (con la pésima excusa de que la música estaba fuerte, porque realmente, no lo estaba)

— Si las miradas mataran...- La voz conocida de KyungSoo lo sacó de sus pensamientos. El moreno de ojos expresivos lo saludó con una sonrisa divertida y una palmadita en el hombro.

— No estaba mirando a nadie.

Mintió. Y como la mierda, para ser honestos, su voz grave soltó la frase casi en un gruñido.

— Yeol, te conozco desde el jardín de infantes, fui el único miembro de tu Club del Hurón en primaria y tuve la pésima idea de ser tu novio los primeros años de mi tormentosa vida en secundaria.- Le dijo tranquilo, bebiendo un trago de ron con Coca Cola mientras se sentaba a su lado. - No me mientas, o te arrancaré tus feas orejas a jalones.

— En secundaria te gustaban.

— Era idiota en secundaria- Ambos rieron ante el comentario.- Las cosas que uno hace por el primer novio son realmente increíbles ¿no?

— No te vaya a escuchar JongIn.

— Llevamos tres años saliendo, creo que ya entiende que todo lo que hay entre tú y yo es amistad y un par de bromas por los buenos tiempos.- Soltó una pequeña risa- Créeme que eres la última persona en este mundo de la que Kim JongIn podría sentir celos.

Do KyungSoo era ese chico que de pequeño la gente describiría como tímido, bien portado, diligente y responsable, aunque la verdad fuera que sólo era un hombre de pocas palabras porque le importaba un bledo entablar conversaciones superfluas con gente que no le iba ni le venía, y tuviese una lengua tremendamente afilada. Para ChanYeol, por otro lado, era el mejor amigo que podría haber deseado. Se conocieron en el jardín de infantes un día que la Sra.Park salió tarde del trabajo y le pidió desesperada a la profesora en jefe del curso de su pequeño hijo que lo cuidara mientras ella manejaba hacia allá lo más rápido posible. KyungSoo era el hijo mayor de la mujer y como consecuencia, ambos acabaron jugando a armar castillos de arena en el arenero del patio trasero del jardín mientras hacían hora. Desde ese día se hicieron inseparables, más aún cuando acabaron siendo vecinos y asistiendo a la misma primaria y luego secundaria.