-Amm, Hola, soy ____, un gusto ¿Justin?-sonreí sonrojada.
-El gusto es mío al fin conozco a la responsable de la alegría de mi madre-sonrío él, no sin darme un abrazo de aquellos que te dan los familiares después de no haberte visto en un tiempo prolongado, yo lo recibí a gusto este chico desde hoy en adelante sería “Mi hermano”, mire al alrededor, Pattie levantaba su esbelta figura a nuestro lado con los ojos cristalizados de felicidad, ambos nos separamos y como acto reflejo abrazamos a Nuestra madre.
-¿Les parece si vamos a cenar antes de que se enfríe?- dijo ella secando las pequeñas gotas que trataban de salir de sus ojos Verdes.
-Me parece increíble, traigo un hambre de vikingo-río el rubio sobando su abdomen.
-Bien vamos entonces-caminamos los tres juntos a la mesa y Pattie se dirigió a la cocina y trajo la cena recién sacada del horno.
(...)
Un nuevo amanecer se pintaba a través de la ventana de mi habitación, refregué mis ojos para aclarar mi borrosa visión producida por el sueño, enrollé las sabanas para levantarme, separe las cortinas blancas casi transparentes y abrí la ventana del balcón, sentí en mis pies descalzos la cerámica fría provocándome cosquillas y el viento chocando contra mi piel desnuda haciendo que se pusiera de gallina, sonreí, los días eran mucho mejores ahora que iba a la universidad, el conversar cada día con personas nuevas o con las que ya conocía mejor, era agradable, lo que para algunos podía ser un suplicio, para mi era increíble, me parecía genuino ir cada día a la universidad, a pesar del sueño y el cansancio durante el transcurso de la semana. El despertador sonó, como de costumbre después de que me despertara, revisé de forma rápida el closet y tomé algo simple y unas toallas, Me duché rápido y abandone mi habitación para desayunar junto a Pattie y Justin.
-Buenos días-dije sonriendo, Pattie giró exaltada.
-Buenos Días cariño, no crees que te apresuras demasiado-alzó una ceja y refregó mi brazo con su mano derecha, dándome una mirada comprensiva.
-Pues...-Mis mejillas ardieron en calor y traté de forma inútil de calmarlo poniendo mis palmas de las manos frías sobre ellas.
-Tranquila entiendo tu entusiasmo-me sentí como una niña pequeña, agaché la cabeza y me senté a la mesa a tomar el desayuno en forma breve.
-Buenos Días-Una voz ronca invadió el espacio vacío que había en el aire, giré y sonreí y devolví el saludo al igual que Pattie, estaba segura por los sonidos que había oído cuando desperté, de que el rubio había pasado al menos una hora arreglando aquel jopo tan tirado a perfecto que lucía, reprimí una carcajada sin poder evitar que un gruñido escapara de mis labios.
Había transcurrido solo una semana desde que me aleje de casa, no sabía nada de mis padres, sentía un vacío, como si me faltara una pieza, pero la forma más sana de superarlo era olvidándolos, Los días en la universidad y mis amigos ayudaban, pero no lograban rellenar aquello.
-¡_____!, vamos llegaremos tarde-Replicó el Rubio a la salida de la puerta, subí por mi bolso y corrí tras él.
-Y ¿Bien?-Ya estábamos dentro del automóvil, como siempre él había abierto la puerta del auto para mi y se había subido después, pero hoy notaba su semblante bajo como nunca.
-Pues, vamos-su voz ronca y desganada no hacía buena combinación, ladee mi cabeza buscando encontrar su mirada, pero parecía perdida, hasta él parecía perdido.
-¿Qué sucede Justin?-rompí el silencio.
-No es nada ___, Tu tranquila-