Yogurt

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Yogurt.
Así lo llamabamos.
Se sentaba unos lugares adelante de mi, es hermoso...

Me gustaba ya desde hace unos meses, esa carita perfecta me derretia...

—Montse, ¿Me prestas pluma roja?— Me dijo el sensual Yogurt con esa carita preciosa de siempre.

—Sss... Si, toma— respondí mientras sacaba la pluma de mi bolsa y se la daba a Yogurt —Gracias—

Cada vez que me habla o me voltea a ver, me pongo muy palida, creo que el sabe que me gusta, aunque en realidad no lo sé...

De vez en cuando me le quedo viendo inconsientemente, admirando su hermosa cara y sus labios de miel,
los hermosos lentes que lo hacian ver inteligente y sobre todo, su hermosa cara... espera eso ya lo dije... Aaaahhh, es que es tan guapo...

Nos llevamos bien, el me considera una buena amiga, pero yo lo considero un potencial esposo...

Si el supiera lo que conozco de su vida privada, cosas que nunca a dicho en publico, el libro con fotos de nuestra futura boda... no sé como reaccionaria... seguramente dejaria de hablarme...

—¡Montserrat, atiende la clase!— Me grito la maestra —Ss... Si...— y empecé a fingir que anotaba el apunte, aunque no anote nada en realidad, yo solo pensaba en mi sempai Yogurt.

Por fin era receso y tenia tiempo de ver a Yogurt secretamente mientras comia con mis amigas, pero ellas no tardaron mucho en darse cuenta que me le quedaba viendo...—Montse— me dijo Casandra, —¿Cuando le vas a decir que te gusta?— lo que me dijo me dejo en blanco, tenia razón tenia que decirle tarde o temprano, si no, nunca sabre si le gusto o me prefiere como una amiga —Hoy le digo— dije muy segura de mi misma, aunque unos minutos despues me di cuenta de la locura que acababa de decir.

—¡¿HOY?!— respondieron todas mis amigas muy sorprendidas —Ssii... Si—

No sabía muy bien como lo iba a hacer o cuando lo iba a hacer, pero algo saldria...

A la hora de salida Yogurt siempre salia del salón al ultimo por que se quedaba a arreglar su banca, en ese momente yo aprovecharia para decirle lo que siento por el desde hace años, sin que nadie me molestara en caso de que me rompa el corazón.

—Mmm... Vicente... ven aqui un momento por favor...— Dije con la voz temblorosa, Vicente se acerco lentamente algo nervioso y confuso,
—Desde hace mucho tiempo he querido decirte al...— Vicente me interrumpio y con la voz un poco temblorosa dijo: —No digas nada, tu tambien me gustas...—

Yo no sabia que hacer, estaba totalmente en blanco... estaba a punto de llorar y no sabia que hacer...

Vicente se acerco a mi, y me abrazo, yo tenia los ojos cerrados, justo antes de que saliera corriendo de ahi, siento los dulces labios de Vicente presionandose contra los mios, me olvide de todo, senti un escalofrio placentero recorrerme el cuerpo, el sabor a miel de sus labios me volvio loca cada vez queria mas y mas.

Entonces siento como con su lengua, pide paso a mi boca, sin saber muy bien que hacer, lo dejo entrar, y con un leve jadeo que solté nuestras lenguas empiezan a tocarse y nuestra saliba se mezcla, no queria que este momento acabara nunca, queria poder saborear sus hermosos labios por siempre...

YogurtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora