Prólogo

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Heather no fue la chica que planee para mi, de echo, no planee ninguna chica para mi. No porque no me gustasen, vaya que Heather me gustaba!, ni ningún pensamiento machista como: "Una relación me hace menos hombre", "AMAR me hace menos hombre" ó "estar con muchas es mejor para mi y mi amigo". No, ninguna de esas mierdas, ni ninguna otra. Porque puede que yo sea un chico realmente alejado de lo afeminado, pero tengo muy bien puestos mi ideales. 

La razón de no haberme imaginado que tipo de mujer seria la ideal fue, simplemente, que eso no estaba en mi cabeza. Mi vida como estaba hasta el momento en que la conocí me era suficiente, me llenaba. No existía un sentimiento de vació en mi, ni deseos absurdamente fuertes por llamar la atención de alguien. Si me gustaba una chica la buscaba, la conquistaba -a veces con éxito, a veces sin el- y si lograba eso, la besaba, la quería por unos días pero luego se me pasaba. Eso para mi era natural, para mi Y PARA ELLAS. Era como que ambos coincidíamos en que lo que teníamos llegaba a su fin, la mayoría de las veces porque no había ningún tipo de interés de seguir por parte de ninguno de los dos. Y por supuesto que también tuve chicas de una sola noche porque tengo 19 años y vamos, no me digan que eso no es normal en estos días por Londres.

Pero claro - como a todo el mundo le pasó o pasará, pienso yo- me llegó el momento de salir de mi zona de confort, sin siquiera yo haberlo esperado, o buscado e incluso imaginado. Heather llego a mi vida para darla vuelta, no mas que a mi cabeza. Dejó un fárrago en esta que soló ella podía ordenar, para luego crear uno aun mas grande.

Y maldigo, con todo el amor del mundo, el día que cruzó la puerta de esa cafeteria.

De Heather se puede escribir dos renglones, dos párrafos o tal vez dos libros enteros de 300 paginas cada uno, pero nunca sería suficiente. No para mi, porque siempre quiero mas y mas de ella. Pero para cualquier otra persona, que no este profundamente loco y obsesionado con ella, se las describiré en pocas palabras para no molestarlos o aburrirlos aunque, déjenme decirles que si alguno de ustedes en algún momento se aburre de Heather, entonces pensaré que son unos idiotas:

Heather tiene 18 años. Asiste a la Universidad de Arte y Diseño en Londres. Toca el piano. Es castaña de ojos color miel y tiene un pequeño lunar en el lado derecho de su pera que, por cierto, ella detesta. Es femenina, pero no al extremo, es mas, le ponen los pelos de puntas las chicas que se niegan algún gusto por el mal juicio de la sociedad. Es una chica débil, pero de carácter fuerte porque no deja que nadie le pase por encima, ya no. Es tierna hasta las entrañas, pero no busca eso en un hombre, no de forma exagerada. Ama tocar el piano sin pentagramas cerca porque toca lo que siente en el momento y no tiene la necesidad de registrarlo, pues sabe que disfrutará mas tocar el piano la próxima vez que necesite música, en vez de re-tocar o escuchar algún tipo de sentimiento ya antiguo. Y la característica que siempre la tendrá, no importa que, es que me tiene loco. Heather tiene a Harry Styles en sus manos, por hoy y hasta la eternidad.

Ella es mi jodido dolor de cabeza, pero es así como la quiero y no la cambiaría por nada.  Y aún no eh podido descifrar si esto es lo que mas odio o mas me gusta de nosotros pero, sin duda, es lo que mas nos identifica: A veces nos hacemos tanto daño el uno al otro que hasta nos duele al autor de la mala acción, pero no podemos dejarnos. Somos adictos, somos nuestra droga y no importa nada ni nadie en el momento de buscar una nueva dosis.  

 

Heather (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora